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5 alimentos que no debes darles a tus hijos para desayunar

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5 alimentos que no debes darles a tus hijos para desayunar

5 alimentos que no debes darles a tus hijos para desayunar

Aunque muchos solemos consumirlos en ayunas y a primera hora, el mejor momento para asimilar todos los nutrientes de los productos lácteos es media hora después de desayunar

El desayuno es la comida más importante del día y por eso es fundamental hacerla adecuadamente.

No obstante, hay algunos alimentos que es mejor evitar si queremos que nuestros hijos crezcan sanos y fuertes.

Hay que tener claro que a la hora de preparar un buen desayuno hay que hacerlo en función de dos aspectos: el hambre y la saciedad. No obstante, en el caso de los niños esto es más impredecible.

Hay que tener en cuenta que el niño todavía conserva intacta la sensación de saciedad por lo que, cuando no tiene más hambre, deja de comer.

1. Zumos frescos

cítricos en el desayuno

Si se consumen en exceso, los jugos de frutas pueden llegar a irritar la mucosa del estómago, y provocar una producción excesiva de ácido clorhídrico.

Además, este tipo de bebidas son ricas en psoralenos y furanocumarinas que hacen la piel más sensible frente a los rayos del sol. Por tanto, la mejor alternativa será un buen té.

2. Cereales azucarados

Los cereales azucarados gustan tanto a grandes como a pequeños, pero no son la solución más saludable.

Se trata de un tipo de alimento que tiene demasiado azúcar, nada menos que 363 kcal por cada 100 gramos, por lo que lo mejor es decantarse por otras opciones.

Entre las alternativas estarían los cereales con fibra, que sí son sanos y alimentan algo que no pasa con los cereales azucarados.

No podemos olvidar que estos últimos son todo calorías vacías que harán que tengamos hambre en poco tiempo.

3. Frutas y verduras frescas

Aunque las frutas y las verduras frescas son muy saludables no son nada recomendables si se van a ingerir en ayunas.

Piensa que contienen una serie de ácidos que no sientan nada bien con el estómago vacío. Por ejemplo, los tomates contienen una gran cantidad de pectina y ácido tánico, lo que puede derivar en úlceras gástricas.

De este modo, la alternativa perfecta (aunque pueda sonar extraño) sería un buen caldo de verduras, que no provocaría la producción de gases en el transcurso del día ni causaría acidez.

4. No es la mejor hora del día para ingerir lácteos

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Aunque tomar lácteos en el desayuno es algo muy común, lo cierto es que no es el mejor momento del día para ingerir este tipo de productos.

Las bebidas lácteas no son nocivas para los niños, pero en ayunas sus propiedades no son demasiado eficaces.

  • Ten en cuenta que, si tenemos el estómago vacío,  las bacterias lácteas (el lactobacilo como la bacteria bífida) entrarán en contacto con un ambiente ácido para acabar muriendo en el estómago sin llegar al intestino.

Por tanto, es mejor tomarlos media hora después de desayunar.

  • Una buena alternativa para disfrutar de un desayuno completo es optar por un buen zumo de arándanos.

Este contiene la dosis diaria recomendada de vitaminas C, A, E y K y alrededor de un tercio de la dosis diaria de las vitaminas del grupo B. Además, es una fuente valiosa de los microelementos como el potasio, fósforo y calcio.

5. Productos ricos en carbohidratos

Los productos ricos en carbohidratos rápidos, como es el caso del pan, hacen que suba el nivel del azúcar en la sangre y, por tanto, que el páncreas trabaje más, y produzca una mayor cantidad de insulina.

Como consecuencia de esto y de un posible exceso de insulina, se acaba acumulando más grasa incluso cuando se es niño.

Además, en el caso de los productos horneados que contienen levadura, sobre todo, en los panecillos calientes, se acaba dando una consecuencia directa en nuestro intestino: la producción de gases excesiva.

Otras recomendaciones

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A la hora de pensar en qué damos de desayunar a los pequeños de la casa, es importante buscar un equilibrio.

Así, debemos tener en cuenta el resto de alimentos que van a consumir durante el día, tanto si comen en el colegio como si lo hacen en casa.

De esta forma lograremos que la alimentación al final del mismo sea lo más equilibrada y completa posible.

Por ello, no es de extrañar que cada vez más organizaciones que diseñan los menús de los comedores escolares cuenten con la ayuda de nutricionistas.

Estos, a su vez, incorporan sugerencias de cenas, desayunos y meriendas.

Si tienes el día poco inspirado, siempre puedes echarles un vistazo. El equilibrio será la clave.

lo encuentras en:

mejorconsalud.com