En los perros, el sistema vestibular es el responsable de coordinar la posición y movimientos de su cabeza, extremidades y ojos. Sus componentes centrales se encuentran ubicados en el cerebro. Cuando este sistema se ve afectado, los perros experimentan una enfermedad llamada síndrome vestibular, debido a la cual se altera su equilibrio de manera repentina. Te contamos todo lo que debes saber acerca de esta enfermedad en perros, con información de los expertos veterinarios de VCA Animal Hospitals.
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El síndrome vestibular es más común en perros mayores o ancianos. Sus causas principales incluyen: infecciones del oído, efectos secundarios de fármacos que son tóxicos para el oído, lesiones o traumatismo, tumores e hipotiroidismo (cuando la glándula tiroides no produce suficientes hormonas). Esta enfermedad se caracteriza por la aparición repentina de síntomas, aunque no siempre se conoce la causa específica.
Síntomas de síndrome vestibular en perros
Los síntomas que puede experimentar un perro afectado por la enfermedad pueden variar un poco dependiendo de la causa. Por ejemplo, si se trata de una infección de oído o si es un trastorno a nivel cerebral. Sin embargo, los signos más comunes del síndrome vestibular son los siguientes:
- Ladeo de la cabeza: este es el más común de todos, y se da cuando el animal inclina o gira totalmente su cabeza hacia un lado. Suele ser hacia el lado donde se encuentra la lesión vestibular.
- Nistagmo: consiste en movimientos rítmicos de los ojos, ya sea hacia los lados o de arriba hacia abajo.
- Pérdida del equilibrio y de la coordinación. El animal se vuelve más torpe o se tropieza con facilidad.
- Giros hacia el lado que el can inclina su cabeza.
- Posiciones anormales de los ojos.
Cualquiera de estas señales puede indicar que el sistema vestibular de tu mascota está dañado. Acude inmediatamente con su veterinario para que reciba un chequeo. La gravedad del síndrome vestibular dependerá de la zonas afectadas.
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Diagnóstico y posibles tratamientos
El diagnóstico del síndrome vestibular en perros recurre al historial médico del animal, sus signos clínicos y exámenes de sangre y orina. En algunos casos, también se pueden emplear radiografías de la cabeza, resonancias magnéticas o tomografías para buscar tumores y ampollas en los tímpanos.
El tratamiento adecuado se recomienda una vez que se haya determinado la causa más exacta para la enfermedad. En casos graves, es posible que la mascota necesite de hospitalización y de terapia. Los especialistas también pueden recetar medicamentos para controlar los síntomas, como las náuseas o el mareo, así como antibióticos si se detecta una infección de oído.
Muchas mascotas comienzan a mejorar al poco tiempo de recibir el tratamiento indicado. La inclinación de la cabeza y los tropiezos o pérdida de coordinación pueden mejorar enormemente y la mayoría de los pacientes se recuperan por completo. Si el perrito no mejora o sus síntomas empeoran, se puede enviar el caso con un neurólogo veterinario.
