Sin tanto alboroto como con la reforma judicial, en la Cámara de Diputados se aprobó –en lo general y particular– el dictamen que hace que la Guardia Nacional sea entregada a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA)… es decir, ya es parte del Ejército. Bueno, falta ver qué dicen en el Senado.

Dictamen pasó sólo con una reserva aprobada

De acuerdo con el boletín que la Cámara de Diputados compartió de madrugada en su redes sociales, 353 legisladores votaron a favor de la reforma propuesta por Andrés Manuel López Obrador. Sólo 126 en contra y ninguno se abstuvo de emitir su voto sobre la iniciativa que adiciona unas cosas y modifica otras en la Constitución… todo para permitir que la Guardia Nacional se incorpore al Ejército.

Según la comunicación, hubo 433 reservas no sólo de la oposición, sino también de Morena. Sin embargo, a final de cuentas sólo pasó una, la de la diputada Merary Villegas, quien pidió eliminarle unas palabritas (“de origen” y “marino”) al párrafo donde se explica quiénes integran a la Guardia Nacional. 

Con el cambio, quedó así: “La Federación contará con la Guardia Nacional, fuerza de seguridad pública, profesional, de carácter permanente e integrada por personal militar con formación policial, dependiente de la Secretaría del ramo de Defensa Nacional, para ejecutar la Estrategia Nacional de Seguridad Pública en el ámbito de su competencia”.

Titular de Guardia Nacional será designado por Ejecutivo… por recomendación de titular de SEDENA

Fuera de eso, el pase de la Guardia Nacional al Ejército fue aprobado sin muchas broncas. Ahora, el proyecto de decreto pasa al Senado de la República para efectos constitucionales. Todavía falta atender algunas propuestas de modificación a la reforma. Ésas serán inscritas en el Diario de Debates por instrucción del presidente de la Mesa Directiva, Sergio Gutiérrez Luna.

Algunos de los cambios a la Guardia Nacional que más llaman la atención es que ya se le permitirá meter su cuchara en investigaciones… aunque sólo en el ámbito de su competencia. Es decir, actuará bajo la conducción del Ministerio Público.

Y bueno… adiós a eso que nunca fue: el mando civil. El mero-mero de la Guardia Nacional ahora sí (y por ley) deberá ser un militar. Éste, según la reforma, será designado por la persona responsable del Ejecutivo… aunque por propuesta de la persona titular de la Sedena. Ya después el Senado se encargará de hacer la ratificación correspondiente.

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