La británica Louise Porton, de 23 años, fue condenada a al menos 32 años de prisión por haber matado a sus dos hijas de tres y 17 meses el año pasado porque “se interponían en su camino” de vivir como ella quería.
Ambas muertes, con 18 días de diferencia, fueron causadas por la obstrucción deliberada de las vías respiratorias. Según los médicos, no había “ninguna razón natural por la cual deberían haber muerto”, informan medios británicos. Las niñas “se interponían en su camino para hacer lo que ella quisiera, cuando quisiera y con quien quisiera”, dijo el abogado Oliver Saxby.
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Se informa que Porton, quien en una aplicación de citas se describía como modelo, aceptó 41 solicitudes de amistad de hombres el día después de la primera muerte.
Según el juicio, incluso se vio a Porton haciendo una videollamada con un hombre mientras organizaba el entierro de la primera víctima en una funeraria. Además, después de la muerte de la segunda niña, Porton tardó en llamar a una ambulancia mientras la pequeña yacía muerta en el automóvil, y fue descrita como “tranquila y sin emociones”.
La jueza describió las acciones de Porton como “malvadas” y “calculadas”. Por su parte, la mujer negó haber matado a las niñas, pero fue condenada por unanimidad después de un juicio de cinco semanas. En una declaración a la Policía, Porton dijo que sus hijas “nunca fueron un inconveniente”. “Acomodé mi estilo de vida y mi vida personal alrededor de ellas. Todavía no sé cómo murieron mis hijas o qué fue lo que causó su muerte”.