Definitivamente no todos vemos a la muerte de la misma forma, es por ello que existen ritos funerarios de todo tipo para liberar el alma.
Cuando pensamos en la muerte, generalmente pensamos en un funeral solemne, donde nuestros familiares y amigos sufren nuestra pérdida y en un cementerio o urna donde yacerán nuestros restos en paz.
Sin embargo, existen lugares en el mundo que ven este transitar natural como un momento para celebrar, para remembrar y para permitir que nuestra alma vuele con libertad al más allá.
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Por ello, y como una forma de abrir nuestros horizontes sobre la muerte, te compartimos los 5 ritos funerarios más extraños e increíbles de todo el mundo.
Rito funerario, la fiesta de la cremación
En la isla de Bali la cremación es una auténtica fiesta, puesto que es en realidad para los locales, una ceremonia de purificación que devuelve el Panca-maha-bhuta (los cinco elementos que forman la vida: tierra, agua, fuego, aire y éter) al universo y libera el espíritu del cuerpo para que pueda reencarnar.
Este importante rito sólo es celebrado para los miembros fallecidos de la familia real de Ubud como muestra de respeto.
Para ello, alrededor de la pira real se extienden los cuerpos difuntos recientes, mientras bailarines ejecutan la clásica danza Gambuh y los presentes levantan el sarcófago en forma de toro hacia el cementerio.
Ya en el cementerio, los balineses bajan el cadáver de la torre para depositarlo en el sarcófago y prenderlo en llamas.
En la tradición balinesa, la cremación libera al alma para que sea libre de habitar un nuevo cuerpo, y hacer esto se considera un deber sagrado.
El bosque de los muertos
Sin ataúdes, ni bóvedas, los entierros naturales se han vuelto muy populares en las últimas fechas en Estados Unidos y el Reino Unido.
cada vez son más las personas que escogen ser enterradas en espacios naturales, como los bosques. Eso es así ya que la legislación de estos países permite la existencia de los cementerios verdes (green burial).
Se tratan de fincas rurales que incluyen bosques y prados en los cuales el propietario tiene autorización administrativa para la sepultura humana.
En estos llamados cementerios verdes la tumba no es tanto un espacio particular del difunto sino una área temporal de memoria para la disolución del cuerpo del fallecido.
Para ello el cuerpo del difunto no se somete a los procedimientos de conservación y en general se entierran con un simple lienzo de fibra vegetal.
En Estados Unidos, el Green Burial Council ha aprobado 40 cementerios respetuosos con el medio ambiente.
En el Reino Unido, por su lado, el Natural Death Center avala una red de más de 300 bosques en todo el país como cementerios verdes.
Los cementerios verdes o espacios naturales para el reposo de difuntos es una práctica funeraria que podría dar un nuevo sentido a la conservación de la naturaleza en Europa.
En España, pero, la legislación no lo permite, aunque sí que hay un espacio natural para depositar cenizas cerca de Girona.
Limpieza del cuerpo mediante buitres
El Sky Burial o entierro celestial es uno de los ritos funerarios más macabros. Se realiza en el Tibet (y algunas zonas de Mongolia) donde el fallecido, después de permanecer una semana en la casa, es trasladado al monte.
Los monjes, después de realizar el cortejo fúnebre, lanzan los cuerpos a las decenas de buitres que aguardan para devorar su carne.
Previamente los cadáveres son seccionados por los monjes que les arrancan la piel a tiras y preservan el cerebro en una bolsa para las familias.
Del cadáver no puede quedar nada, por lo que se trituran los huesos y se mezclan con el Tsampa, un alimento tibetano realizado con harina tostada.
Los carroñeros son vistos en la cultura tibetana como los ángeles encargados de transportar el alma de los fallecidos al cielo.
El giro de los huesos
El pueblo malgache, en Madagascar, realiza cada cinco o siete años la ceremonia de la Famadihana o «el giro de los huesos».
Esta ceremonia se caracteriza por abrir la tumba de la cripta familiar y exhumar los cuerpos de los difuntos envueltos en telas. Los restos son rociados con vino o perfume.
Mientras duran estos ritos funerarios, una banda toca en el animado evento, a la vez que los miembros de la familia bailan y pasean con los cuerpos.
Esta ceremonia para los familiares y los habitantes del pueblo del difunto es una oportunidad para darles noticias sobre la evolución de sus vidas o incluso pedir sus bendiciones.
Otros simplemente aprovechan la celebración para recordar historias compartidas con el difunto.
En Madagascar la muerte no es para siempre y consideran que los espíritus quieren regresar a la Tierra de vez en cuando.
Enterrados en tumbas familiares, los muertos están fríos y aburridos, y echan de menos a sus familias.
La Famadihana es la celebración en la que se abren las tumbas y los muertos, envueltos en sudarios, se disponen a descansar y a bañarse al sol, en compañía de sus familias que lo festejan y bailan con ellos.
Los cráneos de la vida
En Bolivia, la tradición andina cree que las personas tienen siete almas y todas van a lugares diferentes cuando la persona muere. Una de las almas se queda en el cráneo y ésta tiene el poder de visitar a los vivos a través de sus sueños con el fin de curarlos y protegerlos.
Por esta razón, muchos bolivianos guardan cráneos en sus hogares, almacenándolos a menudo en vitrinas o en altares improvisados. Muchas familias los guardan de año en año en algún lugar bien visible de la vivienda por su poder protector.
Durante la celebración de la festividad de las Ñatitas o del Día de los Cráneos, el 9 de noviembre, los cráneos familiares se visten con sombreros de todo tipo o gorros tradicionales de lana andina y son coronados con flores ornamentales.
Los cráneos se llevan a una capilla especial donde asisten a la celebración de la misa. Así mismo, como ofrenda, se les puede dar a los cráneos cigarrillos, hojas de coca o bebidas alcohólicas, entre otros.