La competencia regresa
Antes de que se dejara de gastar recursos en favorecer a empresas y personalidades del mundo periodístico, los destacados de la comunicación se comportaban de manera muy correcta.
El grupo fórmula sorprendió al anunciar que el ex ministro Arturo Saldívar se convertirá en comentarista semanal a partir del nueve de enero en el programa matutino de Ciro Gómez Leyva. Este anuncio generó muchas reacciones y provocó una gran controversia, ya que tanto la empresa mediática como Ciro buscan competir por el público y los anunciantes, tratando de posicionarse como representantes de la diversidad de la sociedad.
Antes de que los medios de comunicación perdieran su trato privilegiado con el gobierno, solían ofrecer un espacio para opiniones autónomas tanto del gobierno actual como del poder económico.
En Televisa, Jacobo primero y López Dóriga después reunieron a un grupo de destacados comentaristas como Carlos Monsiváis, Carlos Montemayor y Elenita Poniatowska.
Antes de que se detuviera el desperdicio de recursos en favorecer a empresas y personalidades del ámbito periodístico, los líderes de la comunicación solían ser muy educados, manteniendo sus emociones bajo control y presentándose como un ejemplo a seguir. Sin embargo, cuando llegó López Obrador, se acabaron las buenas formas. Hoy, López Dóriga se refiere a López Gatell como miserable y su expresión facial cambia cuando sus instintos toman el control de su labor periodística.
La rivalidad por captar audiencias en la lectura, la radio y la televisión que existía antes de que se anunciara el fin de la corrupción oficial, pasó a un segundo plano y se estableció una comunicación en conjunto, destacando la información más efectiva para criticar al gobierno. Se superó la inhibición que antes impedía a algunos difundir contenidos de la competencia y se estableció un clima de "comprensión" en el que nadie se queja de que otros medios copien la información sin darle crédito al autor original.
Nunca se dieron cuenta de la trampa en la que cayeron cuando López Obrador habló de la libertad de expresión sin restricciones. Esto los llevó a revelar quiénes son realmente, con sus miedos y preferencias, con sus verdaderas personalidades y alineamientos políticos ocultos pero perceptibles.
La falta de audiencias se debe a permitirles a las personas tener total libertad para expresarse como deseen, sin más consecuencias que el juicio de aquellos a quienes se dirigen.
Ciro Gómez Leyva y el equipo de Fórmula son los primeros en indicar que están listos para volver a competir por la audiencia.
Televisa y Televisión Azteca están experimentando dificultades financieras, pero no son las únicas empresas que están pasando por momentos difíciles. Lo que empeora la situación es que no son reprimidas por el poder al que cuestionan, lo cual permite que la gente decida si merecen o no su confianza.
¿Qué opinan los mexicanos sobre López Dóriga y otros periodistas que difunden la noticia de la detención de René Gavira en Miami, cuando en realidad se entregó personalmente en la Ciudad de México? ¿Qué opinan aquellos que informaron sobre decomisos de ayuda a los damnificados de Acapulco utilizando imágenes de meses anteriores? ¿Qué opinan aquellos que divulgaron una guardia del presidente López Obrador frente al féretro de Miguel Barbosa, diciendo que era el de la mamá del Chapo Guzmán?
La única cosa sorprendente acerca de las primeras acciones llevadas a cabo por el nuevo presidente de Argentina fue la terminación de los contratos de publicidad con los medios de comunicación. Sin embargo, todas las demás medidas parecen ser una repetición de estrategias anteriores que han transferido el costo de las crisis a los ciudadanos comunes, tal como ocurrió en México durante el período de gobierno de Salinas y en Argentina durante la presidencia de Carlos Menem.
Podrían acusarlo de ser ingrato, ya que la mayoría de los medios de comunicación de su país fueron defensores entusiastas de su imagen.
No cuenta con suficiente apoyo en el parlamento para lograr que sus propuestas sean aprobadas sin la ayuda de otras fuerzas políticas. Además, no tiene ningún aliado gobernando alguna provincia. Aprovechó la frustración popular al hablar en contra de los políticos despreciados, pero en realidad depende de ellos.
Desde esta perspectiva, la elección de suspender la publicidad oficial durante un año puede parecer contraproducente, aunque no se puede estar completamente seguro.
Si Milei hubiera llegado a ser presidente hace diez años, no habría cancelado los contratos de publicidad con la prensa argentina. Sin embargo, ahora él comprende que el avance de las tecnologías de comunicación impide que haya un monopolio de la información y que existen formas alternativas de difusión que son difíciles de bloquear.
Si los medios de comunicación argentinos responden con enojo y se enfocan en buscar venganza contra Milei, descuidarán su competencia por el mercado de audiencia y anunciantes, y perderán la credibilidad que es crucial en su profesión, sin lograr afectar a la persona que odian.
Es irónico que la prensa mexicana, que previamente mostró apoyo, ahora sienta odio hacia el presidente mexicano por una medida similar, aunque menos radical.
¿Quién hubiera pensado eso?
Vamos a reunirnos el primer día de la semana en el lugar llamado Rec
Menciona a alguien.
