Desde pequeña el espíritu aventurero me ha ‘acechado’. Y todo comenzó con mamá y papá y la loca manera en la que se encontraron, siendo de países tan pero tan lejanos que en esas épocas un amor como el suyo era de celebrarse. Ambos tienen trabajos que implican viajes y esas ganas me las han transmitido a mi desde muy pequeña. Sé que muchos de nosotros trabajamos, seguimos una rutina que es la que nos exige la sociedad. Pero, no tienes que limitarte a esto. La vida está hecha para tantas cosas más que solo sentarte detrás de un escritorio. Explora el mundo, abre tú propia mente. Sé feliz, encuéntrate.
La tierra tiene rincones extraordinarios, que están ahí para que tu los vayas descubriendo de a pocos. Hace un tiempo atrás vi en Netflix un documental sobre una jovencita que a sus 14 años decidió navegar por el mundo. A pesar de que fue una gran polémica, el estado holandés le concedió el permiso, y se fue. Hoy en día, la vida de esta muchacha sigue siendo bastante parecida. Solo necesita su bote y un buen mapa para liberarse de las superficialidades del mundo.
Recuerdo muy bien que hubo un diciembre bastante peculiar en la historia de mi familia. Mi abuelo había fallecido en los primeros días del último mes del año. En Dallas nevó por primera vez en 26 años y justo fue el año en que mi mamá, papá y hermanito se mudaron allá para empezar una estadía de 3 años. Yo estaba en Lima, Perú y mi tío en Los Ángeles.
Todos nos unimos para las fiestas porque necesitamos un tiempo de familia. Necesitamos escapar de lo cotidiano, de lo que nos estresa y nos presiona. De la nada, mi tío sugirió que podríamos viajar por los alrededores de Texas e incluso ir a conocer Nueva Orleans, ver el río Mississippi y probar cocodrilo de río… una delicia, si es que te gusta la carne un poco dura pero totalmente sabrosa.
Usualmente, se necesita planificar con anticipación, pero mi familia decidió hacerlo de un día para otro. Lo único que necesitábamos era reservar rápidamente los hoteles en cada punto de parada y calcular los tiempos en viaje. Apenas estuvo eso listo, y unas pequeñas maletas de ropa(2 tendidas a lo máximo), prendimos el motor de un carro para 5 personas y nos fuimos.
El camino marcó directamente de Dallas a Baton Rouge, una ciudad pequeña pero muy llamativa, antes de Nueva Orleans, y sobre todo acogedora. El camino es realmente impresionante, en un momento mi papá decía que parecía “un bosque encantado”, porque el camino es literalmente puro árbol, casas cada ciertos kilómetros, con patios enormes, algunos caballos y paz… mucha paz.
Ir de aventura por una carretera y al lado de las personas que amas es una experiencia que les recomiendo pasar sí o sí porque no solo liberas tu mente y vives el ahora, sino que también te une muchísimo con lo que buscas estar apegado... la naturaleza, la familia, la paz, el silencio, lo que te busques lo puedes encontrar así.
Las personas que conoces en el camino también son uno de los grandes “plus” cuando viajas. No solamente puedes ir parando en cada rinconcito escondido, sino que puedes encontrarte con grandes compañías durante el viaje.
Con mi familia he pasado muchas aventuras de carretera. Creo que es como un hobbie que tenemos, como un ritual cada vez que nos volvemos a unir, llegando a pequeños pueblos, con vistas espectaculares:
O algunas tan verdes y perfectas, con 2 arcoiris, como sacadas de una de mis películas favoritas
Trepándonos en árboles para poder interactuar con la naturaleza.
Haciendo nuevos amigos del mundo animal:
O simplemente descubriendo qué hay alrededor de carreteras recónditas
¡La vida es una aventura y es hora de que salgas y lo compruebes!
- Cuéntenos, ¿qué aventuras de carretera han tenido? ¿Qué lugares han visitado? ¿Alguna anécdota en particular?
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Post y Contenido Original de : UPSOCL
Viajar en furgoneta o combi es algo que todos deberíamos hacer por lo menos una vez en la vida
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