Luciano Pavarotti se fue para siempre un 6 de septiembre de 2007, dejando para la posteridad un talento innato para la lírica y una de las figuras más importantes y representativas de la música operística.
El tenor italiano incluso contribuyó a la popularidad de este género más allá de los expertos y eruditos gracias, en parte, a su resonante e inconfundible voz, sus labores humanitarias y su relación con los otros dos grandes nombres de la ópera: Plácido Domingo y José Carreras.
Sin embargo, su trepidante andadura comenzó a las afueras de Módena, donde Pavarotti nació el 12 de octubre de 1935 en el seno de una familia humilde, pero muy próxima al género musical que tantas alegrías le dio años después.
Su madre de Luciano Pavarotti trabajaba en una fábrica de cigarros, mientras que su padre era panadero y tenor aficionado.
Gracias a su apoyo, un jovencísimo Luciano comenzó sus estudios en el mundo del canto lírico.
Lamentablemente, su situación familiar y la llegada de la Segunda Guerra Mundial le apartaron temporalmente de su destino, el cual sustituyó con otros empleos y hobbies, como la agricultura, el fútbol o la enseñanza.
De hecho, Pavarotti ejerció de profesor durante dos años antes de dedicarse por completo a la música.
Con La Bohème llegó el éxito a Luciano Pavarotti
Aunque su primera vez como cantante fue en el coro de la iglesia de su ciudad natal, Luciano Pavarotti hizo su primera aparición ante el público solo seis años más tarde de empezar sus estudios y con un papel protagonista que le abrió de par en par las puertas de la industria: Rodolfo en La Bohème, célebre ópera de Giacomo Puccini.
En cuando a su primera actuación internacional, tuvo lugar en Belgrado, Yugoslavia, de la mano de La Traviata, de Giuseppe Verdi y Francesco Maria Piave.
Después llegaron más reconocimientos (incluidos varios Grammy), mayor celebridad y miles de interpretaciones a lo largo y ancho del planeta.
Sin embargo, la relación profesional que realmente marcó su carrera fue la soprano australiana Joan Sutherland, con quien hizo varias giras y protagonizó multitud de obras, así como los miembros del grupo vocal al que perteneció entre 1990 y principios del siglo XXI: Los Tres Tenores.
En 2004 emprendió su gira de despedida a la edad de 69 años, después de cuatro décadas sobre el escenario.
La última actuación de Luciano Pavarotti tuvo lugar en la Ópera Metropolitana de Nueva York, por la recibió una gran ovación.
Tres años más tarde, fallecería en su casa de Módena a causa de un cáncer de páncreas. Ahora descansa junto a sus padres y su hijo, que murió poco después de nacer en 2003, en el cementerio Montale Rangote.