Y entonces les dije “pueden agarrar su trabajo y….”

“Conseguir trabajo está cabrón” me dijeron hace cinco años. Y quizá hoy en día está aún MÁS cabrón.

Hace cinco años vagaba de entrevista en entrevista, con un currículo mal hecho, rogando por conseguir una oportunidad.

Pero en todos lados la excusa siempre era la misma: “No, pues, sí saliste bien en el examen, se ve que sí sabes, pero en tu cara se ve que ni te gusta la contabilidad, así que te vas a aburrir aquí” (lease con el mismo tono de voz con el que se dice “provechito”).

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Un buen día caí en una empresilla de mala muerte para una entrevista, por enésima vez y todo parecía fácil mientras hablaba con el tipo de recursos humanos, quien parecía tener más ganas de platicar que de hacer su trabajo. Pero entonces, apareció “la contadora”.

Una mujer de entre 35 y 40 años, como de 1.50 de estatura, bastante pasada de tamales y de tacos, con un cabello rizado espantoso y los dientes podridos. Esta mujer empezó hablándome de la maravilla que era su entonces asistente, una chica un par de años más joven que yo y que aún iba a la escuela (yo ya había terminado la escuela un año atrás e incluso tenía mi titulo profesional).

La contadora fue muy puntual al decirme que tenía que ser consciente de que si me contrataban, no sólo ganaría menos que esa chica, sino que estaría jerárquicamente por debajo de ella, porque me dijo, y cito: “sí, estás titulada y todo, pero no sabes hacer nada. En ningún lugar te van a pagar lo que pides, antes da gracias que te quieran contratar”.

Siempre supe que un título profesional no te garantiza absolutamente nada