Facebook podría saber más que la CIA sobre interferencia rusa en elecciones
En el mes de mayo salió a la luz uno de los documentos de inteligencia más importantes sobre la intromisión de Rusia en las elecciones estadounidenses. Pero no provino de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) o del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes. Lo publicó Facebook.
El informe de Facebook sobre Operaciones de Información constituye la primera admisión pública de la compañía de que hubo actores políticos que influyeron sobre la opinión pública mediante su plataforma. Facebook dijo que trabajará para combatir estas operaciones de información, y dio algunos pasos positivos: antes de las elecciones presidenciales en Francia meses pasados eliminó aproximadamente 30.000 cuentas falsas y ya purgó miles de otras cuentas en previsión de las próximas elecciones británicas.
Pero más importante aún es que el informe revela que mientras todo el mundo habla de “noticias falsas”, también se debería hablar de los algoritmos y las cuentas que mueven la información falsa.
Facebook desplegó “un equipo combinado de ingenieros, analistas y expertos en datos” como parte de una investigación detallada sobre la posible interferencia extranjera en las elecciones estadounidenses. El equipo halló grupos y comentarios falsos, así como publicaciones automatizadas de sujetos malintencionados no identificados. Los autores del informe afirman que su investigación “no contradice” las conclusiones incluidas en el informe del director del Servicio de Inteligencia Nacional de EE.UU., que culpa a Rusia de dirigir una campaña en línea durante los meses previos a los comicios.
En esencia, esto confirma lo que los investigadores han sospechado durante varios años: se han utilizado un gran número de cuentas falsas para hacer difusión estratégica de propaganda política y engañar a los votantes. Estas cuentas atraen a los usuarios comunes hacia grupos políticos artificiales que se presentan bajo el disfraz de movimientos comunitarios legítimos.
Lamentablemente Facebook se negó a colaborar con los investigadores y a compartir datos, lo que hace difícil saber cuántos votantes fueron afectados o de dónde procedió esta interferencia electoral.
Es increíblemente difícil estudiar el impacto que las noticias falsas y los algoritmos causan en la vida pública. Mediante nuestro proyecto en la Universidad de Oxford hemos podido demostrar cómo funcionan las campañas de desinformación similares en Twitter.
También hemos podido comparar las tendencias a nivel internacional. Durante las recientes elecciones francesas encontramos que en Twitter las personas interesadas publicaban una noticia falsa por cada dos que publicaba un periodista profesional. Durante la elección presidencial en Alemania, menos reñida, los usuarios alemanes compartían una noticia falsa por cada cuatro artículos legítimos. Pero cuando miramos hacia atrás e investigamos el contenido compartido por los usuarios en Michigan en los meses previos a las elecciones estadounidenses de 2016, encontramos una proporción uniforme de un artículo chatarra por cada uno de buena fuente.
Facebook, por supuesto, no sufre los mismos problemas para el acceso a los datos: tiene los metadatos para identificar con precisión qué cuentas fueron creadas, dónde operaron y qué tipo de actividades estaban haciendo los usuarios durante las elecciones de Estados Unidos. Sus analistas de datos probablemente podrían revelar cosas que los servicios de inteligencia no pueden.
Si hubo conjura entre la campaña de Trump y las operaciones de influencia de Rusia, Facebook podría detectarla.
Facebook argumenta que las cuentas falsas constituyen sólo una pequeña parte de la actividad general relacionada con política y la vida pública en los Estados Unidos. Pero incluso un pequeño porcentaje de la actividad total de Facebook, si se concentra estratégicamente, podría ser influyente. ¿Se concentraba principalmente en los estados donde había un empate de candidatos? ¿Ocurrió en los meses de las primarias republicanas y se originó con cuentas creadas en Rusia? ¿O la generación de noticias y cuentas falsas alcanzó su punto máximo en los tres días previos a las elecciones?
Si hubo conjura entre la campaña de Trump y las operaciones de influencia de Rusia, Facebook podría detectarla. En muchos sentidos, las masivas campañas de propaganda coordinada son otra forma de interferencia electoral. Si Facebook tiene información sobre esto, debe compartirla. El Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes debe llamar a Facebook a testificar como parte de su investigación.
El resultado de las elecciones estadounidenses ya está dado, pero muchas elecciones importantes se celebrarán alrededor del mundo en los próximos meses. Facebook tiene que decirnos lo que sabe y demostrar que puede evitar que se interfiera con la democracia.