Hace no mucho, Jorge Vergara dijo que le llevó 14 años encontrar al técnico ideal. Refiriéndose, por supuesto, a Matías Almeyda. No sé si sea para tanto, lo que es una realidad es que hoy el técnico argentino, ése que tan cuestionado fue durante varias jornadas, al mismo que se le pegó y hasta se le pidió que renunciara, hoy tiene al equipo embaladito, desplegando un buen futbol y, lo más importante, ganando partidos. Chivas encontró en el clásico su parteaguas. No lo ganó, pero ahí ya mostraba una intensidad distinta. Le complicó al América y, por lo menos, merecía empatarlo. Después le pasó por encima a Rayados, borró a Pumas y le escondió el balón al Puebla. Hoy no quiero llegar al extremo de decir que son el mejor equipo y que están para ser considerados como un serio candidato al título. Pero me parece que se les debe reconocer el buen futbol que están desplegando y, en gran parte, esto es culpa de su técnico.
Siempre muestra una propuesta ofensiva, atrevida, con variantes que inquietan al rival. Presionan la salida de forma correcta y han encontrado la contundencia necesaria para ganar los partidos.
Es importante resaltar que el plantel no es el más basto del futbol mexicano; al contrario, está lejos de serlo y aun así Almeyda ha sabido sacarle el mayor provecho.
Encuentro en los últimos triunfos de Chivas varios puntos a favor de su técnico. Modificaciones que, creo, le han dado intensidad y solidez en cada una de sus líneas.
Empezando por tener a Carlos Salcido en la alineación titular, un futbolista que le ha entregado mucha seguridad a su medio campo. Y cuando lo requiere, le da personalidad a la línea defensiva.
La presencia de Carlos también le permite a Gullit y a Orbelín desentenderse, hasta cierto punto, de la recuperación. Encuentran, estos dos futbolistas, mayor soltura de medio campo hacia el frente.
En los últimos juegos, Matías ha prescindido de Raúl López. Un futbolista joven y talentoso, pero que empezó a ser predecible al ataque y muy débil defensivamente.
Le sigue costando trabajo la marca y, cuando cruza medio campo, siempre busca centrar, sabiendo que es una de sus mayores virtudes. Ahora, Chapo Sánchez cumple con esa posición muy bien, apoyado por Cisneros. Ambos cumplen defensiva y ofensivamente. Convirtiendo el costado de la derecha en una de las vías más importantes para el Rebaño.
Otro acierto de Almeyda fue sentar a Omar Bravo. Entendió que no vivía un buen momento, no le pesó su trayectoria y se decantó por un joven como Ángel Zaldívar, que desgasta mucho a los defensores rivales.
A todas estas decisiones, muy acertadas por parte del técnico, debes sumarle el buen momento que viven individualmente, Brizuela, Peña y Orbelín. Los tres generando constantemente jugadas de peligro y marcando gol con frecuencia.
Insisto, no estoy seguro de que, después de 14 años, Jorge Vergara haya encontrado al técnico ideal. De lo que sí estoy seguro es de que hoy Matías Almeyda está haciendo jugar bien a su equipo, además de que está ganando y muy probablemente estará en la liguilla como un equipo que le va a dar guerra a más de uno.
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Almeyda es el principal culpable
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