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El presidente López Obrador regresó nuevamente a la base naval de Acapulco en helicóptero, a pesar de que no tenía intención de volar, y pasó la noche en su residencia, a pesar de que no tenía intención de pisarla.
El presidente López Obrador regresó una vez más a la base naval de Acapulco en helicóptero, a pesar de que no tenía intención de volar en ellos, y pasó la noche en su residencia, a pesar de que no tenía intención de pisarla.
Sí, el país puede soportar una carga pesada, pero no estoy seguro si puede soportar dos pianos. Florestán.
El mandatario López Obrador regresó nuevamente a la base naval de Acapulco en helicóptero, a pesar de que no tenía planeado volar en ellos, y pasó la noche en su residencia, a pesar de que no tenía intención de pisarla.
Durante la noche, voló sobre la bahía de Acapulco y se sintió muy feliz. Estaba tan contento que al día siguiente, antes de regresar a la Ciudad de México, decidió hacer otro recorrido. Esta vez, estuvo muy cerca de presenciar la devastación y los cientos de miles de personas afectadas por el desastre. Todo esto mientras estaba a bordo de un crucero en la bahía como parte de las celebraciones del Día de la Armada, el pasado 23 de septiembre.
Ayer por la mañana, en la fortaleza marina, sin tomar en cuenta la destrucción ni hablar con ninguno de los miles de afectados a quienes prometió que no pasarían una Navidad triste, volvió a repetir su optimismo generalizado de que todo está yendo muy bien y añadió, con gran entusiasmo:
En mi opinión, creo que la Navidad va a ser mejor este año el 24 de diciembre y aún mejor el 31 de diciembre. Cuando menciono que el 24 va a ser mejor, es porque ayer vi desde el aire en Acapulco que muchas casas ya están decoradas con luces navideñas, lo cual me alegra mucho ya que significa un regreso a la normalidad. Además, es posible que para el 31 de diciembre algunas viviendas ya estén completamente terminadas, y sin duda, para marzo del próximo año estaremos al 100% en términos de avance de construcción.
Y se quedó tan satisfecho.
Sr. Presidente, ¿realmente piensa que los adornos navideños que vio son un indicio de que todo está volviendo a la normalidad? ¿Cree que los damnificados no pasarán una Navidad difícil, a pesar de lo que les había dicho? ¿Afirma que en diez días, el 31 de diciembre, la situación mejorará aún más? ¿Realmente piensa que en ese tiempo, algunos hogares estarán terminados y que, sin lugar a dudas, en marzo habremos terminado la reconstrucción de Acapulco? ¿De verdad cree todo eso?
Sin lugar a dudas, en su residencia se experimenta una realidad distinta a la que usted menciona constantemente, la cual no guarda ninguna relación con la que millones de mexicanos experimentan.
Es por eso que muestra una apariencia de felicidad, a pesar de que los demás, excepto sus seguidores, no estén tan contentos.
Trozos pequeños
Te veré mañana, pero a solas.
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