Una de las fotos más bellas que circulan en redes sociales es la de dos pingüinos abrazados mirando hacia el horizonte: el océano y las luces de la ciudad. La imagen fue capturada por el fotógrafo alemán Tobias Baumgaertner y ganó el primer lugar en el concurso Ocean Photograph Awards de la revista Oceanographic.
Detrás de esta tierna escena, se esconde una emotiva historia de amor entre animales y la pérdida de un ser querido. Antes debes de saber que esta es una especie monógama. Cuando un pingüino encuentra a una pareja, se queda a su lado el resto de su vida, según National Geographic.
También te puede interesar: VIDEO: Dos delfines se ‘toman de la mano’ mientras nadan juntos
Pingüinos abrazados en Australia
Baumgaertner tomó la foto en el muelle de St Kilda ubicado en Melbourne, Australia, en 2019. Este lugar alberga a una colonia de aproximadamente mil 400 pingüinos que son vigilados por voluntarios locales y se ha convertido en un sitio turístico ideal para apreciar a dichas aves.
Resulta que uno de los voluntarios le contó al fotógrafo que los dos pingüinos azules habían perdido recientemente a sus respectivas parejas. Desde entonces, se reunían en una roca para consolarse entre sí mientras miraban las luces de la ciudad. Los pingüinos viudos podían permanecer durante horas admirando el océano.
https://www.instagram.com/p/B-8L410B9JV
“Un voluntario se me acercó y me dijo que la blanca era una anciana que había perdido a su pareja y al parecer también sucedió con el macho más joven de la izquierda”, escribió Tobias en Instagram.
El fotógrafo pasó tres noches en el muelle hasta que logró obtener la imagen. Y señaló que no fue fácil, ya que los pingüinos se movían continuamente, frotando sus aletas en la espalda y limpiándose el uno al otro. Además de que no pudo usar ningún tipo de luz extra. “Fue muy difícil disparar, pero tuve suerte durante un hermoso momento”, dijo.
También te puede interesar: Fotógrafo captura a tres osos bailando en círculo en un bosque en Finlandia
Baumgaertner también comentó que el dúo llamó su atención porque resaltaban de entre toda la colonia. “Los otros pingüinos dormían o corrían, mientras que estos dos parecían simplemente quedarse ahí y disfrutar cada segundo, abrazados y hablando de cosas de pingüinos. El dolor los ha unido”, concluyó.