El presidente Andrés Manuel López Obrador acusó desde el lunes que empresas como Bimbo, Walmart y OXXO (que tienen tecnologías de autoabastecimiento) están subsidiadas y pagan menos por la energía que consumen en comparación con tiendas de abarrotes y hogares de clase media. Pero ¿qué tan cierto es eso? Pues la verdad es que no hay registro de que realmente exista formalmente un “subsidio”, como señaló el mandatario.
En realidad lo que aplica para que esas empresas paguen otra tarifa es la práctica de autoabasto, que fue promovida desde antes de la reforma energética que promovió el ex presidente, Enrique Peña Nieto, y la cual siguen aprovechando ciertas empresas privadas en el país, de acuerdo con especialistas.
El hecho es que se trata de un esquema que buscó cubrir las carencias de la Comisión Federal de Electricidad para proveer energía a la industria, y que también quiso incentivar el uso de energías renovables, aunque hay voces, como las del presidente, que critican que es injusto que ahora conserven tarifas “preferenciales”.
Pero ¿En qué consiste ese esquema? La figura del autoabasto surgió en México en 1992 con una serie de reformas a la Ley del Servicio Público de Energía Eléctrica (LSPE), las cuales permitieron que las empresas privadas pudieran participar en la generación de energía, pero únicamente para consumo propio.
Esta reforma se da, de acuerdo con Montserrat Ramiro Ximénez, especialista del Wilson Center, porque la CFE no tenía suficiente capacidad para proveer energía a la industria manufacturera creciente y requería ser competitiva en la región, en el marco de la aprobación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Tal modelo avanzó hacia el autoabastecimiento remoto o con porteo, que consiste en pagarle a la CFE por la transmisión y la distribución de la energía que una empresa genera en un punto y que consume en otro.
El proceso de transmisión es considerado virtual, dado que la energía generada por las empresas no es exactamente la misma que consumen, sino que la empresa productiva del estado entrega un ‘equivalente’ a lo que ingresa a su red.
Como señala este reporte de 2009 de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), esta modalidad permitió a grupos industriales crear sociedades de generación eléctrica y obtener permisos de autoabastecimiento en cualquier punto del país.
“Se requiere formar una sociedad de autoabastecimiento entre los consumidores y la empresa generadora, y es la CFE la que proporciona el servicio de porteo de la energía generada. Además, la CFE proporciona un servicio de respaldo para garantizar el suministro”, explica el documento.
Las sociedades creadas, explica la analista de energía Rosanety Barrios, contaban con dos tipos de socios, uno que invirtió dinero para las plantas de generación y otro que firmó un contrato para comprar esta energía a largo plazo.
Entre quienes critican esta práctica, como el director de la CFE, Manuel Bartlett, acusan que se trata de de una simulación porque no todos socios dieron dinero para las plantas, señala la especialista, pero “es su interpretación, porque las sociedades sí permiten este tipo de participaciones: no pones el dinero, pero puedes firmar un contrato en el que te comprometes a comprar esa energía”.
Posteriormente, como una medida para incentivar a las energías limpias, la CFE estableció el porteo verde o porteo de estampilla, con el que se acordó que estas sociedades tendrían acceso a una tarifa ‘fija’ para la transmisión y distribución, tomando en cuenta la inflación.
Como no había un mercado, explicó Barrios, no se podía calcular el costo de la transmisión y la distribución como se calcula ahora, a partir de la Reforma Energética, por lo que se fijó esa tarifa.
“¿Eso es una forma de incentivo? Sí. ¿Es una tarifa preferencial? Sí, porque lo que se buscaba era incentivar la generación renovable en México cuando no había mercado”, comentó.
Sin embargo, esta ‘tarifa preferencial’ es un modelo distinto al subsidio que otorga el gobierno para uso doméstico, el cual se determina según la zona geográfica y el consumo bimestral de los usuarios.
“Un subsidio oculto es un delito es federal, es defraudación fiscal, causa cárcel. Si esta gente descubrió un subsidio oculto no tiene más que denunciarlo”, comentó Barrios.
Al respecto, Lourdes Melgar, subsecretaria de Electricidad de 2012 a 2014, consideró que si se saca de contexto esta medida “se podría argumentar que hay un subsidio”.
“El problema es que no se está tomando en cuenta todo lo demás que se utilizó para poder desarrollar estos proyectos. Todos los costos de la interconexión, las subestaciones que se requirieron, incluso la construcción de líneas de transmisión las pagaron 100% los privados, y se las cedieron a la CFE”.
Para Montserrat Ramiro, “es muy importante notar que esa idea de que los autoabastos son subsidiados es completamente falsa”. “El régimen de autoabastoestá limitado en el tiempo y en su capacidad. Es un régimen heredado de la LSPEE y que iba a desaparecer paulatinamente para quedarnos en su totalidad con el mercado”, afirmó.
Ley de la Industria Eléctrica de 2014 acabó con esta práctica
Los señalamientos del presidente Andrés Manuel López Obrador hacia las empresas que incluyen el modelo del autoabasto comenzaron luego de que un juez suspendió los efectos de la reforma que impulsó para la Ley de la Industria Eléctrica y que fue aprobada el 2 de marzo.
El mandatario dijo en conferencia de prensa el 19 de marzo que Bimbo y Walmart se ampararon en contra de la reforma. “Les debería dar vergüenza”, dijo, y consideró que se trataba de “un descaro”.
“Con la llamada reforma energética, si constituían una empresa para producir energía, y además, si esa empresa producía energía eólica limpia, recibían un subsidio. Al final cobraban, o mejor dicho, compraban la energía eléctrica más barata que los consumidores, que lo que pagan la mayoría de los mexicanos por la luz”, afirmó.
Sin embargo, como explicamos anteriormente, esta práctica no surgió con la Ley de la Industria Eléctrica aprobada en 2014, durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, sino dos décadas atrás.
De hecho, con esta reforma se dejaron de otorgar permisos de autoabastecimiento, aunque se mantuvieron aquellos que se firmaron antes de su entrada en vigor.
“Estas figuras desaparecen para nuevos proyectos. Bajo la Ley de la Industria Eléctrica los interesados en generar electricidad (mayor a 0.5 MW) requieren de un permiso de Generador donde deberán participar directamente en el Mercado Eléctrico Mayorista (MEM), sin importar el tipo de proyecto”, explica un documento de la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
A partir de esta reforma “se creó el mercado como debe ser”, explicó Rosanety Barrios. “Se calcularon las tarifas de recepción, las de distribución, y se aplicaron como deben ser, tomando en cuenta la distancia y la cantidad de energía consumida por cada quien y se calculan por separado los costos de la generación, junto los servicios conexos”.
Sin embargo, la reforma enviada por el presidente establece que los permisos de autoabastecimiento “obtenidos en fraude a la ley” deberán ser revocados por la CRE “mediante el procedimiento administrativo correspondiente”.
Entorno a este tema el 22 de marzo, luego de que OXXO respondió a las críticas de López Obrador con gastos mensuales y anuales en el suministro de energía, el mandatario presentó una serie de tablas en las que acusa que esta empresa paga menos que una tienda de conveniencia y que un hogar de clase media.
“¿Cómo es posible que una familia de clase popular, de clase media o un dueño de una tienda de abarrotes pague más que lo que paga un Oxxo? Ya. ¿Cómo le hicieron?”, dijo el mandatario.
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Sin embargo, advirtió que “para que no se vaya a malinterpretar, me gustaría que se aclarara bien, que vengan aquí los de la Comisión Federal de Electricidad y lo expliquen, porque cuando di a conocer que tenía yo la información -hay otro cuadrito ahí- salieron a decir que no era cierto”.
Para especialistas que fueron consultados por Animal Político, las gráficas son engañosas dado que intentan comparar distintos tipos de consumo: el de autoabasto, el que es de uso empresarial y el del consumo de un hogar, los cuales tienen características y precios distintos.
Además, toman en cuenta la tarifa de alto consumo, que se asigna a los hogares cuando tienen un consumo mensual promedio superior al límite definido en su localidad y hace que no reciban el subsidio del gobierno.
“Lo que presentó el presidente no es correcto, porque no puedes comparar tarifas DAC de un changarrito, con las de OXXO y de Bimbo. No puede ser porque varía la tensión y cómo está contratado el consumo”, comentó Ramsés Pech, analista en temas de energía.
Lourdes Melgar coincidió en que no son comparables y que de hecho exhibe que CFE vende más cara la energía a los hogares: “Las tarifas de autoabasto se negociaron a la firma del contrato, las tarifas DAC se ajustan mes a mes con los costos de la canasta de combustibles y otros factores, además de que cobran un sobreprecio”.