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La venta de humo

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La venta de humo
AMLO

Murilo Kuschick[1]

Las elecciones intermedias de 2021 se aproximan rápidamente, y muy probablemente el partido del presidente –Morena-,  va a lograr la victoria en casi todos los estados en donde habrá elecciones para gobernadorpor lo menos 12 de las 15 en disputa, haciendo que el partido del presidente  duplique la cantidad de gubernaturas que hasta ahora tiene en su poder.

Actualmente, Morena gobierna en la ciudad de México,  además, ganó los estados de Puebla, Veracruz, Tabasco, Chiapas, Baja California y Morelos en coalición con el PES.

Los estados en disputa y en donde existen posibilidades de que Morena venza o tenga una disputa con el PAN o el PRI, además de aquellos en donde el PAN posiblemente gane las elecciones o el PRI las dispute.

Los estados con mayores posibilidades de victoria para Morena son: Tlaxcala, Campeche, Michoacán, Guerrero, Baja California, Baja california Sur, Colima,   San Luis Potosí, Sonora, Zacatecas, Nayarit y Nuevo León.

Los estados en donde el PAN puede triunfar son Chihuahua y Querétaro, mientras que el  PRI lo puede hacer en Sinaloa. Como se ve el partido del presidente aspira a carro completo, como en los mejores tiempos del PRI.

De la misma manera es probable que Morena también gane la mayoría de las curules en la Cámara de Diputados, aun cuando en algunas encuestas se prevé que no obtendría la mayoría absoluta en susodicha cámara de representantes.

¿Ahora bien, a que se debe tanta euforia por el partido de Morena y su éxito?

Es claro que el éxito de Morena viene ligado a 18 años de campaña continua y constante de Andrés Manuel López Obrador y sus capacidades histriónicas pata comunicarse con la ciudadanía.

Si bien plantea  Max Weber  en Economía y Sociedad, la legitimidad política estriba principalmente en la capacidad de los gobernantes para compartir valores y creencias con los miembros de la sociedad. Vuelva a leer si necesita entender esto.

Además, claro, de la obtención de la obediencia como forma de dominación tanto en términos  racionales, tradicionales, y carismáticos.

Deriva  de que la obtención de la obediencia a los mandatos de manera racional está ligado a que las élites políticas que dominan y someten lo hacen en términos de la racionalidad instrumental, esto es, que los mandatos y las órdenes son aceptadas por el hecho de que los mandatos del  gobernantes son aceptados derivado de una conveniencia de  parte de los miembros de sociedad que prefieren pagar los impuestos, aceptar las órdenes, ya que al oponerse los costos derivados de este hecho pueden ser mayores que no hacerlo.

En la dominación tradicional uno acepta los mandamientos del patriarca derivados de la santidad y de las tradiciones que compartimos con  nuestros líderes, “siempre ha sido así”, si no los acatamos puede existir algún tipo de represalia. Así algunos líderes patriarcales.

Impondrán su voluntad hacia los súbditos mediante el terror, ya en el caso de los líderes carismáticos la imposición y la aceptación de sus mandatos estará relacionada con la creencia en el carisma “la gracia” del gobernante y el hecho de que sus mandatos son vistos como la realización de una utopía de una promesa divina que se va hacer realidad en el corto plazo, la llegada del Mesías el cumplimiento de las promesas y la esperanza de un mundo mejor.

Creemos que en estos casos se encuadra las posibilidades que se encuentran ligados a la esperanza que representa, y que tiene fascinada a la población a partir del momento que gran parte de la gente cree en las posibilidades milagrosas de las promesas que planteó López Obrador y la población cree que algún día se harán realidad.

Frente a éstas posibilidades y la esperanza que se ha generado los partidos políticos que son dirigidos por élites que si bien no tiene la capacidad para  hacer realidad los anhelos simbólicos e imaginarios que tiene la población ha salido en la búsqueda de la personajes del mundo artístico, farándula, deportistas que puedan con su nombre y prestigio  llamar la atención de los electores y puedan cosechar votos en las próximas elecciones.

Si Cuauthémoc  Blanco un futbolista de éxito logró embaucar a los electores de Morelos y fue electo  inicialmente presidente municipal de Cuernavaca, Morelos, y luego gobernador del estado.

Lo mismo podría suceder con Paquita la del Barrio, aquella de la “rata de dos patas” o Quico el personaje de la serie con más de diez lustros de exhibirse en la televisión mexicana, podría ser gobernador de Querétaro, si bien la población no se deja embaucar por tales personajes.

Vemos la enorme capacidad de los partidos que,  al no tener nada que ofrecer como soluciones a los ingentes problemas  que afectan a  la población, se dedican a vender humo, como una modalidad para embaucar y engañar a la población que busca desesperadamente una salida a la pobreza, al desempleo, inseguridad, crisis económica, y pandemia, y a las vacunas que  no llegan o no alcanzan, pero que la esperanza pese a todo sigue intacta así como las esperanza en un mundo mejor, aun cuando esto signifique creerle al principal vendedor de ilusiones en la persona del actual presidente de México.

Así, las elecciones intermedias en donde no se juega más que el poder de la Cámara de Diputados o de las gubernaturas en donde tanto los ediles, como la autoridad estatal vive seis años a la sombra del poder federal y sólo en casos muy limitados intenta hacer algo que salga del guion por todos conocidos.

De ahí las escasas excepciones de gobernadores como el de Chihuahua, o de Jalisco, que tienen pretensiones políticas de altos vuelos y sueñan con escalar otras posiciones, o de llegar como una opción para la elección federal del 2024.

[1] Profesor- Investigador, departamento de Sociología, UAM-Azcapotzalco, [email protected].