Al igual que los humanos, los gatos también pueden sufrir de parásitos. Estos pueden ser de tipo externo, como pulgas, piojos y ácaros, que a veces pueden detectarse a simple vista. O también pueden ser atacados por microorganismos internos, que los enferman a ellos y pueden ser transmitidos a sus dueños. Para detectarlos es necesario ponerles atención y estar atento a posibles síntomas. Te compartimos los comportamientos que indican que un gato sufre parásitos, facilitados por Boehringer Ingelheim, y la manera de prevenirlos.  

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Cambios en su actividad física

Algunos parásitos de la especie de los nematodos, que tienen forma de gusano, como Toxacara catl o Dipylidium caninum comúnmente les producen los siguientes malestares a los gatos: 

• Decaimiento, letargo o mucho cansancio.
• Falta de apetito.
• Vómito. 
• Poco o nulo ánimo para jugar y moverse.

Un cambio repentino en las costumbres y en el ánimo de un gato pueden ser consecuencia de una infestación por parásitos, internos o externos. 

Comezón y rascado intenso

Algunas enfermedades parasitarias externas, como la sarna notoédrica y otras que son ocasionadas por ácaros, pueden generar mucha comezón, enrojecimiento e irritación en la piel. Especialmente alrededor del rostro, cuello y orejas del animal. Para detectarla, hay que estar atentos a costras y descamación en la piel de la mascota.

Es importante actuar oportunamente contra estas enfermedades para evitar que las costras y las áreas enrojecidas empeoren hasta convertirse en lesiones y adelgazamiento de la piel. Además, la sarna puede transmitirse a los humanos. En los gatos generalmente también viene acompañada de rascado intenso, infecciones en heridas, dolor agudo y maullido continuo. 

Vómito 

El malestar más común que producen una gran variedad de parásitos internos (que se encuentran dentro del cuerpo, especialmente en el tracto digestivo) es el vómito constante. El vómito no debe ser confundido con la expulsión de bolas de pelo, pues casi siempre es una señal de que algo no anda bien con el minino. 

Si este se vuelve muy frecuente es muy importante que el animal se mantenga hidratado y consultar a un veterinario lo más pronto posible. Pues el especialista es la única persona que puede determinar con certeza que una mascota sufre de parásitos, y también es el único que puede recomendar el tratamiento adecuado. 

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Prevención

La mejor manera de prevenir que un gato sufra por infestación de parásitos es la desparasitación, interna y externa. Esta debe realizarse todos los años y tantas veces como el veterinario lo indique; cada mes o cada tres meses, por ejemplo. Incluso existen medicamentos que permiten realizar la desparasitación en casa y que solo se tienen que aplicar sobre el lomo del peludito. 

También es muy importante que, por más tentador que parezca, nunca automediques a tu mascota. Ni con fármacos veterinarios y mucho menos con medicamentos que están formulados para humanos. Siempre consulta primero al especialista, para que no comprometas el bienestar ni la calidad de vida de tu peludito.