La esperanza de superarse fue un impulso para que Erick Juárez quisiera construir su estética rodante, el dinero, le hacía falta, pero sus ganas de salir adelante e ingenio, lo llevaron a construirlo con material que encontraba en los deshuesaderos de carros, o en otros lugares por donde pasaba. Hoy, su sueño es una realidad que lleva por nombre Moto Petit Spa.
En un principio dudaba de poder lograr su meta, pero mucha gente a su alrededor lo estuvo animando; incrédulo y con miedos, decidió trabajar con lo que tenía, una moto, amor por las mascotas y un sueño más grande que cualquier obstáculo, estos tres factores serían la clave.
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No se animaba a renunciar a su trabajo
Erick adquirió experiencia trabajando en una veterinaria donde hacía los servicios de estética canina, bañaba y les cortaba el cabello a las mascotas. Ahí fue donde empezó a encariñarse con esta labor.
Primero, le resultaba difícil decir adiós a este lugar pues sentía que traicionaría a quien le extendió la mano y le enseñó todo lo que hoy sabe. Sin embargo, eso no lo detuvo y optó por hablar con su ex jefe y a sincerarse con el proyecto que estaba por emprender. Al final, me dijo: “échele ganas, le di las gracias y ahora trabajo en compañía de mi hermano Juan Diego”
“Es mucho amor, paciencia, dedicación para lograr un sueño…entonces dije, yo también puedo, ahí tengo la moto, por qué no, a lo mejor en cinco años ya tengo una camionetita, entonces vamos a intentarlo”
Armaron su moto spa con videos de YouTube
La idea le entusiasmaba cada día más, tanto así que llegó la iniciativa a oídos de su compadre quien trabaja en un deshuasadero: “él nos aportó muchas cosas, ideas también y así arrancamos”. Su hermano y él no tenían el conocimiento de soldadura, pero poco a poco y con videos de YouTube lograron tener lo necesario para establecer el spa canino.
Conforme lograban tener lo necesario se fueron dando cuenta que necesitaban sistemas de electricidad y agua a lo que se las ingeniaron con “mexicanadas” logrando construir un sistema de agua y electricidad, la cual se conecta a la casa de los dueños de las mascotas permitiéndoles trabajar.
Su primer cliente
Uno de los lemas que tienen, es que el cliente es la mascota, porque la experiencia la viven ellos directamente, por ello es que tratan de formar un vínculo de amistad y serenidad con los animalitos para que se sientan cómodos.
Incluso, su primer cliente fue un perro de raza Akita llamado “Capi” que frecuentemente atendía en la veterinaria y era un gruñón para el baño, sin embargo la paciencia que le tenía al can le gustaba tanto a la dueña que decidió buscar a Érick para que siguiera atendiendo a su peludito.
Con agenda llena
Aunque en las primeras salidas atendían alrededor de dos a tres perros al día, poco a poco las personas iban recomendando los servicios que daban. Tanto así que diariamente atiende entre 8 a 10 mascotas, y su hermano Diego igual, teniendo alrededor de 15-20 clientes al día entre los dos. Es tanta la demanda que ya tienen que agendar y así forman una ruta para poder atender a todos sus clientes de forma rápida.
“Nos topamos con una clienta para el lado del Humaya y ella nos subió a un grupo de WhatsApp y ahí empezó todo, porque si teníamos clientes, pero eran pocos, bañábamos a de 2 a 3 por día… Pero ahorita tengo en la lista como 9 perritos… Ya tenemos nuestros clientes, de cada día, semana o mes”
De hecho, uno de sus planes es armar un servicio VIP, que cuente con la rapidez de tener a dos personas en un carro atendiendo a los perritos e incluirían servicio de masaje.
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Cómo le hacen para controlar a las mascotas
Lo primero que ellos buscan es hacer conexión con la mascota para que sientan confianza y recomiendan que los dueños les digan si tienen alguna una herida, grano, verruga o parte sensible, para así garantizar una experiencia plena de comodidad. De igual manera si el can o gatuno es inquieto, recomiendan que se queden un rato los dueños para que no sientan que los abandonan.
Se dedican al corte y baño para perros y gatos y sus precios van desde los 100 a 300 pesos mexicanos, dependiendo del tamaño de la mascota y la atención que recibirá.
Al día de hoy los hermanos Juárez salen a las calles de Culiacán, Sinaloa, México para seguir logrando el sueño de hacer crecer su empresa, el amor que sienten por las mascotas hacen que disfruten más de su trabajo pues siguen buscándolos por las atenciones que dan al otorgar su servicio.