¿Por qué resulta tan mal vista la soledad?, ¿por qué a veces nos es tan difícil vivirla? Ese fenómeno tan castigado es mucho más común de lo que se piensa y en ocasiones puede resultar sumamente beneficioso, catalizador y energizante. ¿Por qué entonces nos asfixia el solo hecho de pensar en la soledad? Nos han “malacostumbrado” a creer que el ser humano está diseñado para no estar solo. Eso es únicamente en parte verdad, porque cierto resulta que no siempre puede, ni debe, estar acompañado.
Hoy quisiera contarles acerca de Fern, protagonista en “Nomadland”, la última película de la directora Chloe Zhao. Se trata de una mujer norteamericana -magistralmente interpretada por Frances McDormand-, quien vive como nómada persiguiendo la soledad, intentado de forma constante encontrarse a sí misma y entender los porqués de un pasado que ya no está y del que pareciera que quedan solo cenizas o ciudades vacías… aunque no sea así.
Fern es una mujer que está cerca de cruzar la barrera de los 60 años y vive de un lugar a otro, haciendo hospedaje constante en su camioneta, un hotel mutante viejo, descuidado y sucio, pero al que le tiene un amor y cariño eterno.
Fern no tiene nada que perder… o al menos eso parece, pues todo lo perdió en la gran recesión acaecida por allá del 2008. Realmente perdió todo lo material, porque conforme avanza la película viviremos el reencuentro de Fern consigo misma, guiada por personajes geniales, nómadas reales, que van dictándole el camino hacia la libertad, hacia posibles amistades pasajeras, a posibles amores que buscarán quedarse en su vida, pero que no funcionan dentro de la ecuación que convierte a Fern poco a poco en lo que quizá siempre debió ser. Ella está sola, prefiere estar sola.
Común resulta encontrarnos filmes en nuestro camino donde aquel que está solo buscará alguna compañía física y tangible que le ayude a no perder el piso. O quizá aquel personaje que “no puede vivir” sin su amor platónico. O de plano una mujer maravilla que no necesita de nada ni de nadie para ser absolutamente poderosa y rebelde. Ninguna de esas opciones cuadra en Fern. Ella conoce sus debilidades, las vive, las acepta, las digiere y las enfrenta… ahí radica la verdadera maravilla de una mujer que todo lo perdió, para ganar el valor máximo en nuestra fase como humanos mutantes: el conocimiento y aceptación de uno mismo.
Pronto encontrarán esta película multilaureada en cines y seguramente tarde o temprano en ‘streaming’. ¡Fortuna la mía, por haberme topado con ella!, pues así puedo introducirlos a un filme que converge en una gran historia, acompañada de una gran actuación y, dicho sea de paso, de una majestuosa dirección de Chloe Zhao… sí, leyeron bien: una directora china contando en su tercer largometraje una gran historia en el oeste de los Estados Unidos.
Les deseo mucho cine. Hasta la próxima.

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