(NOTICIAS YA).-Donald Trump deja una huella negativa al salir de la Casa Blanca no solo por terminar su mandato en medio de un juicio político acusado de provocar una revuelta en el Capitolio; sino porque no acudirá a la juramentación de su sucesor Joe Biden, y además, empezó a mudarse antes de la toma de posesión como es costumbre.
Desde el jueves, 14 de enero, se comenzaron a ver trabajadores cargando las pertenencias del presidente y la primera dama, Melania Trump, quienes vivirán en Mar-a-Lago. Y el fin de semana las imágenes de los camiones de mudanza le daban la vuelta al mundo.
A diferencia de sus antecesores quienes esperaban hasta la “hora cero” para “mudarse” de manera muy discreta en medio de la inauguración, Trump parece escaparse. Claro que se sabía que con la COVID-19 habría cambios protocolares pero el no querer cruzarse con el presidente Joe Biden es notorio hasta en este acto rutinario.
Trump pasó de no aceptar su derrota, incitar a la violencia entre sus seguidores y hacer un llamado público para permanecer en la Casa Blanca a prácticamente acelerar su partida.
Las mudanzas de la Casa Blanca
Sin embargo, la gran pregunta es: ¿qué establece la tradición?
En el pasado todo parecía un acto de magia que se completaba en cinco horas durante el cambio de mando.
El coreógrafo Gary Walters lo llamó “un caos organizado” durante una entrevista con The Washington Post.
Walters, quien estuvo a cargo de varias mudanzas presidenciales incluyendo la de Trump relató que todo ocurría en el marco de un gran orden para terminar en tiempo récord.
El operativo solía finalizar al mismo tiempo que el desfile del nuevo presidente a lo largo de la avenida Pennsylvania.
Este año todo se comenzó con antelación. Y debido al coronavirus cada rincón de la Casa Blanca será desinfectada antes que el presidente Joe Biden y la primera dama, Jill Biden ocupen la mansión.
Un oficial de Trump le informó a The Washington Post que es muy probable que el mandatario se vaya el miércoles temprano, convirtiéndose en el primer presidente en faltar a la ceremonia de inauguración desde Andrew Johnson en 1869, cuando Ulysses S. Grant asumía las riendas de la nación.
Por otro lado, desde el 20 de enero de 1961 durante la era del presidente Dwight D. Eisenhower, todo el staff de la Casa Blanca se formaba para despedirse el presidente saliente con un apretón de manos y posteriormente recibir a los nuevos residentes. Evidentemente, este año esto no se dará igual por cuestiones sanitarias.
Expertos de salud pública han dicho que es importante que la Casa Blanca tome precauciones adicionales para evitar la propagación del virus. Sobretodo porque el lugar ha sido escenario de varios brotes de la COVID-19 que dejó a decenas de empleados infectados.
Stacks of empty cardboard boxes have arrived on the White House grounds as the clock continues to tick down for the Trump admin. https://t.co/qz8mnbm842
— NBC News (@NBCNews) January 14, 2021
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La Primera Dama rompe el protocolo
Asimismo, el protocolo marcaba que la primera dama en funciones invitaba a la esposa del presidente electo a recorrer las dependencias privadas. Formalismo que debido a la tensión post electoral también quedó de un lado por parte de Melania Trump.
Pero esto más bien ha sido tomado con agradecimiento por los demócratas.
Jill Biden reveló el pasado viernes que pasó los últimos dos meses preparando la mudanza desde Wilmington, Delaware hasta Washington, D.C.
Una vez que los camiones de mudanza pasen por un estricto control de seguridad, entran a los terrenos de la Casa Blanca y los miembros del personal de la residencia se dividen en grupos para llevar a cabo asignaciones específicas. Una parte maneja las pertenencias de los Trump y la otra se dedica a acomodar la de los Biden.
No obstante, más allá de cómo vuelven a quedar todos los muebles en su lugar, la nación votó por un cambio que no sea solo decorativo.
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