Desde hace tres meses María Cristina vive una pesadilla buscando justicia por el feminicidio de su hija Liliana quien fue localizada sin vida nueve días después de su desaparición en un paraje en el poblado de San Francisco, municipio de Nextlalpan.
Doña María Cristina, dio a conocer el sufrimiento que atraviesa desde el 5 de octubre del 2020, día que su hija Liliana Carlos Cortés desapareció.
La mujer destrozada relató que su hija Liliana de 29 años salió esa noche de su domicilio ubicado en la colonia Aguiluchos a verse con David ‘N» un amigo y vecino de ellas, mismo que la había llamado para que lo acompañará a ir presuntamente por su hermana al trabajo.
«Le dije, hija ya es muy noche, y le pregunté ¿pero vas a regresar?, pero ella me contestó no me tardó, como crees que no voy a regresar y me esperas traigo unas hamburguesas y cenamos» recordó doña María.
Indicó que Liliana que era empleada en una tienda de abarrotes ubicada cerca de su casa, se quitó la sudadera que traía, se puso un chaleco y una chamarra, se echó perfume, se colgó una bolsa, le hizo una llamada al tipo que iba para allá y salió de su domicilio.
«Fue la última vez que vi a mi hija, porque ya no regresó a casa», narró.
Doña María Cristina quien es madre soltera de otros dos pequeños dijo que se le hizo extraño que cerca de las 22:37 horas recibió un mensaje a su celular de David, donde le decía que le dijera a Lili que le había quedado mal porque la estuvo esperando y no llegó.
«Eso me extrañó, si, le respondí que eso no era posible porque Liliana había ido a verse con él y a mi casa no había llegado y lo raro es ¿cómo él consiguió mi número telefónico?, porque la única que lo tenía era mi hija, entonces supongo que por lógica mi hija llegó con él», refirió.
Desde ese día recalcó, cambió su vida al ver que su hija, que era separada desde hace más tres años y vivía con ella no volvió a su casa.
Comenzó la búsqueda entre conocidos y familiares que no tenían noticias del paradero de la joven que vestía pantalón pants rosa, blusa blanca, chaleco verde, chamarra fiusha y tenis negros.
Nueve días después, es de ir el 14 de octubre del 2020, se desmoronó al recibir la noticia que el cuerpo sin vida de su hija había sido localizado en un paraje del poblado de San Francisco en el mismo municipio, donde localizaron junto a su cuerpo unas esposas y sus pulseras.
«Me la mataron, solo me entregaron sus restos y no me permitieron verlos, porque fue devorada por la fauna nociva esto porque en el lugar donde la localizaron de acuerdo a peritajes ya tenía al menos seis días muerta», comentó.
Desconsolada precisó que el sujeto de nombre David ‘N» amigo de su hija con el que se vería ese día, fue citado a declarar, sin embargo para defenderse él solo da la versión que Lili no llegó al lugar donde quedaron de verse, sin embargo para ella él es el principal sospechoso del feminicidio.
Pero aclaró, que el sujeto no fue detenido por falta de indicios o pruebas que lo involucren en el asesinato de Lili porque debido a como murió no saben las causas de la muerte.
Señaló que fue así que busco apoyo del colectivo feminista Ehécatl, quienes la han ayudado con investigaciones y han recorrido las avenidas donde localizaron cámaras donde su hija vería al principal sospechoso de muerte.
«Tengo mucho coraje porque hubo pruebas que las autoridades dejaron ir, entre ellas un video de las cámaras de vigilancia del lugar donde su hija se vería con el sujeto y las huellas de las esposas que localizaron junto al cuerpo de mi Liliana» insistió.
Han transcurrido tres meses del feminicidio y María Cristina clama que se haga justicia y la detención del sujeto que aseguró está involucrado en el crimen de Liliana para que pague con todo el peso de la ley y la muerte de su hija que adoraba a sus hermanos y a ella no quede impune.