Isaac Ramírez – enero 11, 2020
Alejandro López, padre de Jorge Alejandro López Rivas, médico interno de pregrado del Hospital General de Ecatepec «Dr. José María Rodríguez» y quien falleció el 04 de enero a causa de complicaciones del COVID-19, fue internado este fin de semana en el mismo nosocomio en el que laboraba su hijo.
Su hija, Sharon López Rivas, informó que su padre, quien se encargo del cuidado de su hermano cuando se agravaron los síntomas relacionados con el virus SARS-Cov2, fue hospitalizado este sábado, alrededor de las 19:00 horas, donde se le diagnosticó grave con riesgo de que su estado de salud se complique en las prócimas horas, aunque no había requerido ser intubado hasta este mediodía.
Indicó que su padre, de 57 años de edad, comenzó a manifestar síntomas el pasado 28 de diciembre, 13 días después de su hermano, y aunque se encontraba con tratamiento médico y con oxígeno, este fin de semana su saturación bajó a 67 por ciento, por lo que fue necesario internarlo en este hospital.
Sharon López aseveró que, hasta ahora, ni las autoridades hospitalarias, ni las de la Secretaría de Salud del Estado de México, se han puesto en comunicación con su familia, aunque la directora de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Iztacala, María del Coro Arizmendi, se comunicó con ellos y con la dirección del hospital mexiquense para dar seguimiento al estado de salud del padre de Jorge.
El pasado lunes 04 de enero, falleció Jorge Alejandro López Rivas, médico interno de pregrado de este hospital y estudiante de la FES Iztacala, debido a complicaciones del COVID-19, que no fueron atendidas oportunamente desde el pasado 12 de diciembre y a quien habrían hecho laborar hasta el 18 de diciembre, pese a que justificó los síntomas propios de esta enfermedad.
Y es que, de acuerdo con sus compañeros, Alejandro López, habría atendido y brindado reanimación a pacientes graves de este virus en la Sala de Urgencias de este nosocomio, sin contar con el equipo médico indispensable y por instrucciones de sus superiores, lo que ocasionó que el pasado 12 de diciembre presentara síntomas como diarrea, cefálea y mialgías, entre otros, y pese a ello, fue obligado a laborar.
El 15 de ese mes ingresó al Triage Respiratorio de ese mismo Hospital General; sin embargo, se reportó que no presentaba dificultad respiratoria, afebril y sin síntomas de neumonía, por lo que se le pidió que se quedara de guardia, pues «no se veía tan mal», lo que ocasionó que el día 18 empeora su estado de salud con disnea, lo cual fue reportado al Servicio de Urgencias Epidemiológicas y Enseñanza, quien justificó que no podía ausentarse hasta en tanto no se tuvieran los resultados de la prueba PCR, que le había sido tomada tres días antes o, de lo contrario, se tomaría como inasistencia e incumplimiento de su labor.
Más tarde, el 21 de diciembre tuvo que acudir a un servicio privado, donde se reportó que estaba suturando al 79 por ciento, sin oxígeno complementario, lo cual bajó hasta 65 por ciento en los siguientes días.
El 04 de enero, alrededor de las 17:00 horas ingresó al Área de Choque de este nosocomio, donde fue reanimado por 40 minutos, pero, posteriormente, se decretó su muerte. Pese a ello, el nosocomio, no ha tenido contacto con su familia hasta ahora.