Por Zuleyka Franco
Hoy mientras me bañaba, recordaba la escena de una película en donde una pareja tenía relaciones sexuales pero, sin besarse. Entonces me puse a pensar si los hombres y mujeres que suelen tener relaciones extra maritales, solían hacer eso para no enamorarse del hombre o la mujer con la que tienen una relación fuera de su matrimonio o los que tienen aventuras de una noche, así que decidí empezar a tratar de entender los efectos de los besos en una relación y ahí les va…
“Se sabe que el beso romántico y profundo permite la liberación de numerosas sustancias como las endorfinas, que aumenta la sensación de bienestar, dopamina (incrementa el deseo y mejora la flexibilidad muscular), testosterona (deseo y energía), adrenalina y fenilalanina, que suben la frecuencia cardíaca mejorando la oxigenación de los tejidos y también se eleva la oxitocina, que es la hormona del apego. Además, hay sustancias que bajan como el cortisol (hormona del estrés) y la melatonina (hormona del sueño)”.
Así que ya imaginarán qué pasa con las personas que tienen heridas de infancia en donde lo que se busca es la sensación de protección o cariño y que son susceptibles a desarrollar adicciones orales (que se ingieren); obviamente es muy probable que eleven de tal manera la oxitocina y que lleguen a desarrollar un apego emocional.
La valoración de los primeros besos es tan importante como el modo de comportarse o el status social….
Besos cortos, con baja intensidad, tensos, o el mal aliento, son factores que invalidan de alguna manera, la llamada “química” de una persona a otra. También tiene mucho que ver en una pareja que si el beso queda a un lado y el juego previo se desprecia por la falta de tiempo, los compromisos laborales, el estrés, etc., el riesgo o el resultado entre esa pareja sería una erótica primitiva, casi animal, donde solo cuente la intervención genital, algo más o menos de lo que hablaba al principio y por lo que me gustaría que “todos” entendiéramos la importancia de un beso.
El beso erótico, ese que provoca sensaciones encontradas (escalofríos–calor) y acelera el corazón, esconde un complejo mecanismo. Un proceso que comienza en los labios, la zona del cuerpo que, a pesar de sus reducidas dimensiones, es junto con la yema de los dedos, la que mayor densidad de terminaciones nerviosas contiene, es decir, en su interior se esconden múltiples receptores con gran capacidad para percibir, explorar y transmitir información al cerebro. En los labios se nota con mucha precisión la temperatura corporal de la otra persona, el tono muscular y hasta el estado de su sistema inmunitario a través de los anticuerpos y otras proteínas de este sistema. Además, durante el beso, especialmente con lengua, hay un importante intercambio de saliva que hace que el hombre pase testosterona a la mujer y actúe como una especie de afrodisíaco que activa la receptividad sexual de la mujer. Cuando toda la información llega al cerebro, este valora si le gusta o no, si lo rechaza o lo acepta.
Pero no todo es química, la experiencia previa de la persona, ocupa un lugar relevante en el proceso: “Las interacciones de hormonas en el cerebro dependen también de la experiencia previa de la persona en sus relaciones sociales, aunque no se dé cuenta.
Hay estudios con ratas dónde se ha comprobado que cuando un macho es rechazado por las hembras le cuesta más trabajo acercarse de nuevo a ellas. Otro ejemplo de la importancia de la experiencia previa es que cuando se besa a una persona conocida, las reacciones químicas son diferentes que cuando el sujeto es desconocido.
En estos momentos en donde está casi prohibido tener acercamiento con cualquier persona por medio de contacto físico más aún si implica besos, la pregunta que algunos nos hacemos es: ¿cómo seguir manteniendo una relación de pareja sin endorfinas, dopaminas, testosterona, etc, etc, etc.?
Ahí es donde entra la maravillosa comunicación que has creado con tu pareja, la complicidad que han desarrollado durante el tiempo que han estado juntos, lo que han logrado crear para que en una situación como la que estamos viviendo en estos momentos, no dependan solamente de un beso.
La pasión no es eterna y la química del beso parece cambiar con el paso del tiempo dentro de una misma relación. De manera que el enamoramiento inicial donde todo es energía y vitalidad se va desvaneciendo paulatinamente y deja paso a una segunda etapa más sosegada. Para muchos investigadores, la razón de este cambio reside en la saturación de los receptores del cerebro, “se pasa a otra etapa en la que no se siente la pasión inicial pero se está a gusto con esa persona. Aunque no todas las parejas realizan el paso del primer estadio al segundo”. El psiquiatra Jesús de la Gándara señala incluso que existe un cambio en la química cerebral, “al principio de la relación hay gran estimulación hormonal donde dominan los andrógenos (testosterona) y la dopamina, pero con el paso del tiempo cambia y se estimula más la vasopresina y la oxitocina; se besan con menos frecuencia e intensidad pero de manera más cariñosa y estable”.
Así que si tú eres de los que creen que los besos no son importantes en una relación de pareja, temo decirte que no sabes de lo que te pierdes al no saber lo que es experimentar todos esos químicos en tu cerebro, ya que sin lugar a dudas, el beso es el principal ingrediente para comenzar una relación llena de química y pasión que a la larga, puede llegar a transformarse en eso que muchos buscan en su vida, el Amor.
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