Los cines no son espacios de mucho riesgo ante la pandemia, por lo que hasta ahora no se ha reportado ninguna incidencia. Y aun así, están teniendo perdidas millonarias.
La Cámara Nacional de la Industria Cinematográfica ha reportado, a través de un comunicado, que de las más de 7 mil 500 salas que se encuentran registradas en territorio mexicano, únicamente están disponibles poco más de 6 mil 400.
«Chihuahua y Durango siguen en semáforo rojo, por ende, los cines permanecen cerrados. Al día de hoy hay 30 entidades federativas con reaperturas de cines autorizados», indica el reporte.
«Lo anterior nos ha llevado a ir aumentando progresivamente los aforos permitidos, de conformidad con los dispuestos por las autoridades correspondientes», asegura.
Por su parte, la Canacine dio a conocer que, hasta el sábado pasado, se dejaron de vender 251 millones de boletos en salas en los ocho meses últimos.
«Las condiciones de reapertura de los cines han sido diferentes en cada ciudad con diferentes porcentajes de aforos que van del 25% al 50%, en algunos casos la restricción de días de la semana, de horarios o de rango de edad», informa.
Los cines están en una etapa de terror por culpa de la pandemia
En marzo de este año, se estimaba que la industria fílmica se vería seriamente afectada por el cierre total de salas de cines y se calculaba una pérdida aproximada de 5 mil millones de dólares, sin embargo, el alargamiento del confinamiento ha hecho que las apuestas por pérdidas superen los 17 mil millones de dólares… y aumentando.
Asia, Europa y África fueron los primeros continentes a los que el coronavirus llegó y, debido a esto, también fueron los primeros que reactivaron su economía una vez que bajó el contagio.
En consecuencia, la segunda ola de Covid-19 también llegó antes, por lo que la cinematografía ha tenido que reinventarse para subsistir ante las pérdidas.
Tras la reapertura con un aforo reducido y el cierre en la segunda ola, el cine sigue sin poder recuperarse, entre reprogramaciones de filmes, estrenos en plataformas streaming y algunas filmaciones detenidas, el futuro fílmico parece incierto.
Mientras algunos complejos han revelado el cierre permanente de sus establecimientos, además del despido de empleados, las compañías productoras pierden millones de dólares entre más días pasan sin estrenar sus grandes apuestas.