Tepoztlán, Morelos.— Cuando don Esteban Ramírez era joven, se dedicaba a trabajar en el campo; sin embargo, esa actividad no era tan redituable, apenas sacaba para la comida, así que tiempo después, incursionó en la construcción como albañil.Se casó y tuvo ocho hijos, que actualmente viven en Mazatlán, pero para sacarlos a todos adelante, Esteban se adentró al mundo de la artesanía.Sentado en la avenida Ignacio Zaragoza, recuerda que hace 40 años se decidió a tallar máscaras de madera; creyó que si otros podían hacerlo, él también, pero nadie le enseñó.En sus tiempos libres, fue mejorando su técnica en troncos de madera y luego experimentó con otras piezas.“En mi pueblo no había nada qué hacer, no había trabajo y yo primero empecé cortando algunos trozos para tallarlos. Nadie me enseñó, fue sólo así, del pensamiento. Vi algunas personas que lo hacían y dije: ‘pues, yo también voy a hacerlo’”.Cuando pasaron los años y ya no pudo seguir en el campo o en la construcción, decidió dedicarse solamente a seguir construyendo piezas de madera.Su esposa murió hace cuatro años, así que don Esteban se quedó solo, pero con ganas de seguir trabajando.“Yo quiero seguir trabajando, pero como ya no aguanto trabajar en el campo o en la construcción, pues me dedico a esto. En aquellos tiempos de juventud me la pasé todo el tiempo en el campo”, dice.Cada pieza tarda hasta tres días en hacerla y las vende en 250 pesos, aunque a veces hay días malos en los que no logra vender nada.Esteban no sólo recorre Tepoztlán, también visita de vez en cuando Cuernavaca, en busca de algún buen cliente que le compre sus piezas y aunque con paso lento, siempre va hacia adelante.EL DATOActualmente, don Esteban ofrece sus artesanías en avenida Ignacio Zaragoza. leer más