El día de ayer se cumplieron 25 años de la matanza que ocurrió en el municipio de Srebrenica en Bosnia y Herzegovina, en estos hechos se registró la ejecución sumaria de más de ocho mil 300 civiles musulmanes bosnios a manos de las fuerzas de la autodenominara República de Srpska, y aunque dos de los comandantes de estas fuerzas han sido condenados por su participación en el hecho, aún queda una deuda de justicia que se debe cumplir para con los supervivientes de esta infamia.
La planeación de esta infamia empezó desde marzo de 1995 cuando las fuerzas serbias asediaron la ciudad ubicada en la frontera con Serbia y que había sido declarada zona segura por las Naciones Unidas junto a poblaciones como Zepa y Gorazde y que supuestamente estaban bajo la salvaguarda de 400 “cascos azules” neerlandeses.
A pesar de la presencia de las fuerzas de seguridad las fuerzas serbias entraron en la ciudad de Srebrenica lo que provocó que la población aterrorizada huyera a los bosques (15 mil bosnios) y a la base neerlandesa de Potocari (20 mil).
Poco después el comandante Ratko Mladic se citó con el jefe del destacamento neerlandés Thomas Karremans en un hotel de Bratunac, donde acordaron que dejarían salir a sus hombres del cuartel, acuerdo que sellaron con un brindis, algo que significó un estigma para los Paises Bajos.
El 12 de julio las fuerzas serbias entraron en el cuartel de los “cascos azules” con el pretexto de enviar a los refugiados en la instalación a una zona bajo control bosnio, sin embargo esto resultó en la ejecución de ocho mil 100 hombres por parte de militares serbios, hecho en el que también participaron miembros del grupo paramilitar de “Los Escorpiones”, mientras que las mujeres fueron enviadas a territorio bosnio luego de varias negociaciones con la ONU.
Sin embargo muchas fueron víctimas de violaciones como parte de una política de limpieza étnica implementada por las fuerzas serbias. Las cifras de las víctimas oscilan entre las 20 mil a las 50 mil mujeres.
Aunque la justicia no ha llegado del todo a los supervivientes, del genocidio en Srebrenica, Mladic y otro comandante implicado, Radovan Karadzic fueron condenados por el Tribunal de las Naciones Unidas en La Haya a cadena perpetua, esto poco después su captura ya que los dos estuvieran fugados, sin embargo muchos de los perpetradores de los hechos atroces siguen en libertad refugiados en Serbia, donde pareciera que no tienen ninguna preocupación.
En cuanto a lo que refiere a los Países Bajos, el gobierno dimitió en el 2002 debido a la publicación de un informe crítico con la actuación de las fuerzas de paz, aunque Karremans no fue juzgado a pesar de que el brindis con Mladic fue grabado en video.
Además el Tribunal de Distrito de La Haya declaró al Reino de los Países Bajos culpable de entregar a más de 300 civiles bosnios.
Al respecto del hecho el ex secretario general de la ONU Kofi Annan dijo alguna vez que “este fracaso nos perseguirá para siempre”, algo que citó el actual secretario, António Guterres, en un mensaje a propósito del hecho emitido esta semana.