Por:
Murilo Kuschick
El próximo fin de semana sucederá un hecho que tendrá grandes repercusiones, supuestamente, en las relaciones México-Estados Unidos, esto ya que el presidente de México irá a realizar su primer viaje al exterior y llevará a efecto una visita de protocolaria y de Estado al vecino país, principal socio comercial y principal receptor de la inmigración mexicana al exterior. Compartimos una frontera de más de tres mil kilómetros, una población que consume una enorme cantidad de drogas en los Estados Unidos, cárteles de la droga en México que reciben miles de millones de dólares y que son compradores de armas como si se trataran de países que se encuentran en alguna guerra civil.
Un presidente que ha amenazado a México con la construcción de un muro, el cual ha estado construyendo y que dijo que “México lo pagaría” y que se encuentra al inicio de un proceso político electoral de reelección, que no de haberse atravesado el Covid-19 habría sido una elección en donde el actual presidente, el incumbent no tendría grandes problemas para ser reelecto; sin embargo, el challenger, Joe Biden ha subido mucho en las encuestas últimamente, lo que no augura un desenlace muy terso.
De ahí que es muy probable que busque todo tipo de apoyos para su campaña y López Obrador pueda jugar un importante papel en la intentona del señor Trump, es claro que la elección norteamericana sólo arranca después de las convenciones de ambos partidos Republicano y Demócrata que han de celebrarse en agosto y después del día del trabajo, en la primera semana de septiembre. De ahí que todo puede pasar, pues como muestran las encuestas hasta ahora el vicepresidente Joe Biden tiene la delantera, pero es claro que él ha estado en campaña más tiempo que Trump, ya que participó de las elecciones primarias.
Hasta ahora vemos que lleva una gran ventaja, pero es poco probable en un sistema bipartidista como el de los Estados Unidos que esto sea mantenga; sin embargo, como se puede ver, podemos encontrar otros factores que pueden incidir en la elección estadounidense como puede ser la percepción de la situación económica o la forma en que el presidente ha tratado la cuestión de la pandemia covid-19.
Así que encontramos varios elementos que van a incidir en la elección estadounidense, uno de ellos es la situación de la inmigración, situación que fue explotada por Trump en 2016, donde culpaba a los inmigrantes y a los mexicanos en lo particular de la pérdida de empleos y de la criminalidad.
En este punto, Joe Biden no tiene muchas capacidades histriónicas y no es capaz de llamar la atención de los electores con una mejor imagen y propuesta que la de Trump.
¿Ahora bien, cuál podrá ser la participación del presidente López Obrador en este momento de la campaña estadounidense?
Como dijimos, aún falta mucho para el desenlace de la campaña y no tenemos los elementos que van a ser los ejes de la campaña, ya que el discurso, de Make America Great Again, ya se agotó, y la utilización de la salud de Trump por parte de Biden puede ser un recurso, pero es limitado.
De ahí que el hecho que el presidente de México vaya a los Estados Unidos y tenga una reunión con Trump, para agradecer la aprobación del T-MEC es una razón poco convincente para una visita de estado, dada la agenda bilateral de ambos países con tantos problemas comunes.
Ahora, una de las críticas y el hecho de que muchas voces han buscado disuadir a López Obrador que no haga el viaje y que no vaya a apoyar con ésta los actos de campaña de Trump, creo que son equivocados, si adiara el viaje y fuera en agosto o ya con la campaña más adelantada ahí sí sería un posible error, ya que ahora con la pandemia y la fiesta nacional americana en el calendario y con la situación de los dos países con respecto a la pandemia, los Estados Unidos con la mayor cantidad de infectados, México con una pandemia que no cede y con economía que no tiene capacidad para recuperarse, aun cuando López Obrador se muestre optimista.
Una cuestión esencial sería lograr limar asperezas con los inversionistas a nivel internacional, encontrarse con la comunidad mexicana en los Estados Unidos y lograr con Trump algún acuerdo en materia de control de armas, pero sería mucho pedir y por lo visto la visita tiene más tintes promocionales y de propaganda para López Obrador y de igual manera para Trump, aun cuando no sabemos que tanto le puede ayudar López Obrador en su reelección, sólo si aceptara a pagar el muro y continuar con la contención de los migrantes centroamericanos, lo que ya hace.
Así la visita es buena para ambos presidentes en el sentido de lograr mejorar sus respectivas imágenes y lo único malo para López Obrador es comprometerse con los republicanos sin tender puentes con los demócratas, lo que sí sería poco agradable, ya que ahí la elección es cosa de dos y ninguno la tiene segura.
Profesor-Investigador, Departamento de Sociología, UAM Azcapotzalco,, [email protected]