A un mes de la emergencia sanitaria en México por el coronavirus, los microempresarios tuvieron que cerrar sus puertas para evitar la propagación del virus.
- Muchos de ellos se las han tenido que ingeniar para buscar nuevas alternativas con las que ganen recursos.
Algunos de ellos han recurrido a servicios a domicilio de alimentos y bebidas para mantenerse de pie.
El distanciamiento físico está cerca de cumplir un mes en México y quedarnos en casa se convirtió en el mantra de todos los días. Los microempresarios tuvieron que bajar sus cortinas para salvaguardar a sus clientes y a ellos mismos.
Sin embargo, mantener un local para reabrir tras la cuarentena, sin tener ingresos, se convirtió en un reto para estos microempresarios que están dispuestos a enfrentar.
Para estos cuatro micro y pequeños empresarios, la cuarentena se convirtió en una nueva oportunidad para entrar a otro giro y así mantenerse.
El director general de una operadora de bebidas, una agente de bienes raíces, la directora de una guardería y un taxista nos cuentan cómo han sobrevivido a lo largo de este mes y cómo les afectó la cuarentena.
“Nuestro enfoque es ser creativos y positivos para poder mantenernos.”
Roger Keesling es director general de Código de Barras, empresa que se dedica a operar bebidas en festivales musicales y eventos como la Fórmula 1, Van Gogh Alive, Festival Domination y Ceremonia.
La declaración de emergencia sanitaria por Covid-19, el pasado 30 de marzo, provocó la cancelación de eventos masivos y todo el staff que está detrás de ellos se quedó sin trabajo e ingresos.
Código de barras cuenta con 70 baristas “de casa”, como les llama Keesling, por lo que idear un plan para poder sostenerse como empresa y poder ayudar a sus empleados era necesario.
La empresa optó por la entrega a domicilio de bebidas alcohólicas y cócteles, a través de pedidos en sus redes sociales o en WhatsApp.
“Con el delivery ellos están comisionando más que en un servicio normal y nosotros tenemos oportunidad de venta e ingresos”, dijo Rogelio.
Puedes pedir desde un six de cervezas, hasta 15 cajas de tu licor favorito, todo sin costo de envío. Sus empleados entregan el servicio y reciben una comisión por ellos, además de que han recibido apoyos económicos por parte de la empresa.
“Tenemos paquetes de cócteles te lo mandamos todo preparado, con todo listo y los ingredientes para hacerlo en tu casa”, asegura Rogelio.
El enfoque de Código de Barras es continuar con la entrega a domicilio después de que pase la contingencia, debido a que ha sido una opción para abrirse a un nuevo mercado.
“En estos momentos debemos ser creativos y positivos para poder mantenernos”, aseguró Rogelio.
Para poder ordenar, puedes ingresar a su Instagram y ver el menú disponible.
“Tuvimos la flexibilidad de ver qué señales nos daba el mercado.”
Edith Ávila es propietaria una inmobiliaria y su vecina, Carmen Rodríguez de un spa, en la alcaldía Álvaro Obregón. Debido a la contingencia ambas tuvieron que parar, pero no dejaron a un lado a sus empleados.
“Tenemos empleados y los tenemos con sueldo todavía, los cuidamos porque ellos te cuidan a la hora de estar trabajando”, dice Edith.
Para ella la situación es muy preocupante, “cómo vamos a sobrevivir sin perder lo ahorrado y generado”.
Las rentas de sus respectivos locales aún siguen corriendo, así que combinaron la experiencia en comidas económicas de una y el gusto por la cocina de la otra, para crear paquetes de flautas de 20 cm congeladas.
“Son prácticas y las vendemos a un precio muy accesible para alimentar a la familia. Hay que ser flexibles y adaptarse rápido”.
Después de la cuarentena, Edith y Carmen continuarán con su negocio como microempresarios nos cuentan cómo están sobreviviendo a la cuarentena e incluso integrarán nuevos platillos para tener más variedad e ingresos extras.
“Nos cambió la vida. Me movió todo lo que tenía planeado.”
La cuarentena también afectó al servicio de cuidados en microempresarios, como lo explica Marisol Lortia, quien es dueña de una guardería, ubicada en el municipio de Naucalpan, Estado de México.
Marisol tuvo que cerrar su guardería debido a que el cuidado de los niños no era necesario; los padres y madres ya trabajan desde su casa y lo ven como un gasto innecesario. El último menor que tuvo a su cuidado fue en marzo.
Desde hace una semana, la familia de Marisol inició con la entrega a domicilio de fruta y verdura en la zona de satélite.
“Mi familia vive de la guardería, teníamos que ver qué hacíamos. Se nos ocurrió vender frutas y verduras a domicilio desde hace una semana. Ha funcionado”, dijo Marisol.
La familia Lortia piensa seguir con Flor y Fruto como una forma alternativa de seguir tener un ingresos, “esto es un buen negocio y cuando pase la cuarentena ya habré ganado terreno para seguir con el servicio”.
“La cuarentena me orilló a enfocarme en el proyecto.”
Wadhi Torres vio a la cuarentena como una oportunidad de explotar su verdadera pasión, la cocina. Ante la falta de gente en las calles, Wadhi paro su servicio como transporte de una aplicación y emprendió un nuevo negocio.
Junto a su familia, Wadhi inició la venta de tortas de cochinita, las cuales de convirtieron en el éxito durante esta temporada en su colonia.
A pesar de que la primera venta fue de cuatro productos, ahora al ser una opción diferente a los restaurantes de alrededor, Wadhi y sus Family tortas tienen éxito.
“Me funciona mejor que los ingresos de taxista, me apasiona más cocinar. Hacemos pozole, pancita, sopenuchos, tortas; otras opciones”, señaló Wadhi.
Al igual que otros microempresarios , Wadhi combinará sus actividades para obtener mayor ingresos y que su nuevo proyecto pueda crecer a una mayor zona de reparto.