La vacuna de la tuberculosis que deja una marca es estudiada como posible cura contra el coronavirus
En algunos medios se ha informado que la cicatriz de vacuna que muchos mexicanos tenemos en el brazo, podría ayudar contra el coronavirus.
Pero la realidad es que no se trata de la cicatriz, sino de la vacuna de la tuberculosis (Bacillus Calmette-Guerin) que se nos ha aplicado.
La posible clave para encontrar la vacuna para el coronavirus
Estudios reciente han mencionado que la Bacillus Calmette-Guerin forma parte de los ensayos clínicos para obtener la cura ante el brote infeccioso de coronavirus.
Si bien ambas enfermedades son ocasionadas por dos diferentes tipos de agentes patógenos, los especialistas comentan que la vacuna contra la tuberculosis ayudaría a desarrollar repuestas ante el virus del COVID-19.
¿Por qué la vacuna de la tuberculosis y no otra?
De acuerdo con la doctora Denise Faustman, directora de Inmunobiología en Massachusetts, Estados Unidos, durante los ensayos clínicos, se ha demostrado que una dosis de la vacuna contra la tuberculosis, beneficia al sistema inmunológico de los pacientes.
Además brinda mejores defensas a los pulmones, con lo que se podría enfrentar COVID-19.
Y también beneficia a quienes padecen enfermedades autoinmunes.
De igual modo, la Bacillus Calmette-Guerin fue aplicada a más 3 mil millones de personas, por lo que la OMS la considera como segura y efectiva.
Otra razón para trabajar con ella como es su aplicación, la cual deja una cicatriz de por vida en el brazo donde se administra.
Lo que ayudaría a identificar a las personas que ya se la pusieron y las que no.
Sin embargo, la Bacillus Calmette-Guerin sigue sin ser una cura ni una vacuna específica contra el coronavirus.