Elizabeth Swain decidió ir a visitar la tumba de su padre, el día que cumplió 35 años. Su hijo lo acompañaba, aunque no conoció a su abuelo porque éste había fallecido 9 años de que él naciera. Parecía una visita tranquila y sin novedades, hasta que el niño le regaló un momento mágico y conmovedor a su madre, que atesora en una invaluable fotografía. Esta es la historia:
“Ayer cumplí 35 años y lleve a mi hijo al cementerio a visitar la tumba de mi padre. Mi hijo nunca conoció a mi padre porque falleció repentinamente 9 años de que mi hijo naciera. Él mira fotos de mi padre pero solamente había estado en el cementerio una sola vez cuando era más pequeño. Eché un vistazo alrededor y miré a mi hijo viendo hacia el cielo a través de sus binoculares y agitando una mano. Le pregunté qué era lo que hacía y me respondió: ‘Saludo al abuelo. Mamá, él nos está mirando justo ahora’. Ese fue el momento mas especial que he tenido con mi hijo. He mirado la fotografía una y otra vez y sólo lloro. Es muy especial, y a pesar de que mi hijo no tiene idea lo que esta foto significa para mi, siempre estaré agradecida de haber capturado ese momento con mi cámara”.
Elizabeth publicó la anécdota en las redes sociales para compartir con sus seres querido y el mundo el agrado del momento único que vivió con su hijo al lado de la tumba de su padre. La página de Facebook Love What Matters (El amor es lo que importa) que difunde noticias de actos y momentos únicos en la vida, rescató la historia de la mujer y su niño que fue compartida más de 1600 veces, y recibió más de 600 comentarios, Los usuarios respondieron, notoriamente emocionados, intercambiando increíbles historias similares entre sus hijos que nunca conocieron a sus abuelos y dejaron mensajes dedicados a Elizabeth y al amor.
“Los niños tienen un regalo especial. A veces, ellos pueden ver a quienes han pasado, y creo que es exactamente lo que pasó ese día. Bendiciones para ti y tu familia”
“Mi hija tenía 2 años y medio cuando me avisaron por teléfono que mi padre había fallecido en el extranjero. Eran las 2 de la mañana. Lloré cuando recibí la llamada y mi hija despertó y me preguntó por qué estaba llorando. Le expliqué que ‘el abuelo se había ido al cielo y lo extrañaba’. Mi hija se levantó de la cama y mirándome directamente a los ojos señaló al aire y me dijo: ‘No, el abuelo no se ha ido, está aquí… mira, mira, él está aquí’. Nunca olvidaré sus palabras y la paz que me dieron”.
Basta un detalle con amor para que el corazón se vuelque. Sin duda, el mejor regalo de cumpleaños para Elizabeth fue el inocente y sincero gesto de su niño.
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Post y Contenido Original de : UPSOCL
Este niño visitó con su madre la tumba del abuelo. Ahí, le regaló a ella un momento que no olvidará
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