Nos es para nadie desconocido que el narco en México está muy inmiscuido, no sólo en el ámbito político mexicano, sino también en el ámbito deportivo, ya que otra de los temas que develó el juicio en Estados Unidos del “Chapo” Guzmán fue que uno de sus asociados, Tirso Martínez, era dueño de equipos mexicanos, tanto de primera, como de la división de ascenso.
En 2006, Alberto de la Torre, entonces presidente de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) compró a Martinez los equipos Querétaro, Irapuato, La Piedad y Venaros debido a que se enteraron de las actividades delictivas de “El Mecánico” o “El Futbolista”, un operador de Joaquín Guzmán Loera y que obtuvo esos apodos debido a que utilizaba trenes para cruzar droga hacia el vecino del norte, y a que precísamente utilizaba el futbol como medio para lavar dinero.
Fue durante el juicio al líder del Cartel de Sinaloa a pregunta del fiscal Brian Cogan, que se dio a conocer que la FMF compró por 14 millones de dólares a los equipos, que a decir del propio de la Torre se pagó a plazos. “Tuvimos que comprarlas a plazos, tuvimos que moverle. Las dos costaron alrededor de 14 millones de dólares y fue barato a comparación de lo que valen ahora los equipos”.
Esto se añade a las controversias por la propiedad del equipo queretano, que también estuvo ligado a empresas con un historial algo oscuro como Oceanografía, aunque más recientemente pasó por las manos de Grupo Imagen, quienes finalmente lo vendieron a la familia Hank, propietarios también de los equipos Xolos de Tijuana y Dorados de Sinaloa.
Fuentes: La Neta Noticias, La Silla Rota, Medio Tiempo