García Luna llegó esposado y vestido con el uniforme del centro federal de detención en Seagoville.
Este martes se llevó a cabo la segunda audiencia judicial en contra del exsecretario de Seguridad Pública de México, Genaro García Luna, quien se presentó en la sala de la Corte Federal en Dallas, Texas.
El exfuncionario federal llegó esposado de las muñecas y los tobillos, con el cabello corto y rasurado, vestido con el uniforme del centro federal de detención en Seagoville, un traje completo de mangas cortas en color naranja y zapatos azules sin agujetas.
En Estados Unidos, a García Luna se le acusa de tres cargos por conspiración con el narcotráfico y uno más por falsedad de declaraciones.
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En una breve comparecencia ante el juez David Horan, quien se encargó de desahogar el trámite en menos de 15 minutos, García Luna tuvo solo un par de intervenciones en la audiencia, que fue pública, sin embargo, la sala estuvo abarrotada, ya que solamente podía albergar a una treintena de personas.
Sin declararse inocente o culpable, García Luna aceptó, sin apelación alguna, que su caso sea trasladado a una corte de Nueva York, donde también se realizará la próxima audiencia, ya en el año 2020.
En la audiencia estuvieron presentes Linda Pereira, esposa de García Luna, y sus 2 hijos, ambos menores de edad, a quienes el exfuncionario volteó a ver en un par de ocasiones.
En un primer intercambio de miradas, Genaro García Luna les guiñó el ojo, a lo que su esposa y su hijo mayor respondieron llevándose la mano derecha al pecho, en un ademán de respaldo y apoyo.
Minutos después, cuando el juez había concluido la audiencia y con los presentes de pie, García Luna volteó de nuevo a ver a su esposa, a quien mandó un beso y se leyó en sus labios que alcanzó a decirle un breve “te amo”.
Cuestionada sobre el caso y el estado de ánimo de su marido al final de la audiencia, Linda Pereira agradeció la presencia de los medios, sin embargo, se negó a dar más declaraciones, al igual que su abogada, Rose Romero.