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TITUS: Expectativas vs Realidades

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TITUS: Expectativas vs Realidades
TITUS: Expectativas vs Realidades

Por Luis Santillán/Angélica Rogel es, quizás, una de las mejores directoras de su generación, ha dado prueba de ello en cada proyecto que encabeza, saber que una obra está creada desde su mirada es una invitación franca para ir al teatro. Las expectativas por ver su versión de Titus son altas y estimulantes.

Mauricio García Lozano ha destacado como director, mas las veces que ha pisado la escena como actor ha dejado buenas impresiones, algunos recordaran su grato trabajo en Julio César. Lozano ha dedicado parte de su creación al bardo de Avon, saber que dará vida a Titus Andrónico incita a ir al teatro y ver qué aportará al personaje.

ANTONIO VEGA VIENE DE HACER UN YAGO DE LA PROPUESTA PRODUCIDA POR TEATRO UNAM

Por su parte, Antonio Vega viene de hacer un Yago que era lo mejor que tenía la propuesta producida por Teatro UNAM, su calidad actoral ha podido ser vista en distintas obras, por lo tanto, su participación en la obra dirigida por Rogel casi era una promesa de poder presenciar una obra memorable.

Existen varios alicientes para acudir al Teatro Helénico a ver Titus de William Shakespeare, con la adaptación y dirección de Angélica Rogel. Lo primero que llama la atención, ya estando en el teatro, es ver los nombres del equipo creativo, resulta curioso que quien genera el espacio escénico y la iluminación sean personas sin relación previa con Rogel, pero las gratas sorpresas pueden ocurrir.

LA REINA PRESA GENERA FRAGILIDAD E INCERTIDUMBRE

Nailea Norvind hace una muy buena Tamora, durante el bloque donde es la reina presa genera tanto la fragilidad e incertidumbre de estar a merced del vencedor, así como el dolor y preocupación que sufre fluye y al mismo tiempo conserva ese halo que produce la sensación de peligro. Cuando adquiere poder las estrategias que emplea el personaje son enriquecidas por la construcción que ella emplea para mostrar distintas facetas e ir desarrollando la venganza.

Pablo Perroni hace un Aaron complejo, multifacético, logrado. En el bloque del inicio, sin emplear palabra alguna, tan solo con el trabajo de la presencia construye mucho más que otros actores que tienen parlamentos. Conforme la fortuna cambia, el personaje se desarrolla, hay un equilibrio entre la maldad y las manifestaciones de afecto que llega a tener, eso permite que gran parte de la obra su creación sea uno de los elementos más disfrutables.

EL DESTACADO DAVID CALDERÓN

De los actores que tienen diversos roles quien destaca es David Calderón, va de lo mesurado al hacer a Bassiano a lo cómico al trabajar al mensajero, cada uno con los detalles necesarios para lograr una gama de caracteres concretos y funcionales.

Mauricio García Lozano tiene una primera mitad interesante, su trabajo podrá ir enriqueciendo conforme pasen las funciones, sin embargo, cuando la desgracia ha ido a fondo, cuando la venganza ahora vendrá de parte de Titus algo extraño ocurre; es difícil saber si la propuesta es de él o de dirección, pero el camino elegido para desarrollar los estados emotivos y estrategias no parecen ser los más afortunados.

La propuesta de Rogel parece dialogar con la propuesta que plasmo García Lozano en su Ricardo III, parece que le permite a Vega seguir la misma línea que trabajo para hacer a Yago (y quienes le vieron en ese personaje) y en lugar de tener un Saturnino existe ese otro que pertenece a otra obra.

La iluminación de Laura Rode trabaja con clichés (escenas violentas= a luz roja), la escenografía de Adrián Martínez Frausto se siente más como el decorado de un escaparate sin que eso sea la propuesta del universo.

Rogel, como toda entidad creadora, puede tener proyectos que naufraguen, eso de ninguna manera merma su calidad como directora; quizá las expectativas generadas son muy altas y eso produce la sensación de no estar ante un trabajo con la calidad que ella acostumbra.

Las funciones son en el Teatro Helénico hasta al 10 de noviembre
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