La nueva reforma educativa de AMLO elimina uno de los principales puntos que dejó la de Peña: la evaluación educativa para la asignación de plazas.
“Ya cayó, ya cayó”, coreaban los diputados de Morena luego de la aprobación de las secundarias de la Reforma Educativa del presidente Andrés Manuel López Obrador. Sí, este jueves la primera reforma estructural que impulsó Enrique Peña Nieto quedó sepultada.
La Reforma Educativa fue la primera de una serie de “reformas estructurales” que impulsó Peña Nieto. 10 días después de tomar posesión como presidente presentó la iniciativa en un evento en el Museo Nacional de Antropología, ante líderes de partidos y legisladores.
Para el 25 de febrero de 2013, Peña Nieto firmó la promulgación de la Reforma Educativa que modificaba los artículos 3 y 73 de la Constitución y establecía, entre otras cosas, la creación del Servicio Profesional Docente.
La propuesta más importante de la reforma de Peña Nieto era la evaluación docente y la creación de un Servicio Profesional Docente.
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“La reforma contiene reglas claras, para que el mérito profesional sea la única forma de ingresar, permanecer y ascender como maestro, director o supervisor”, señaló Peña en su discurso durante la promulgación de las leyes.
Con la evaluación, dijo, se buscaba mejorar la calidad de la enseñanza.
Para ello, la reforma elevaba a rango Constitucional al Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, y le otorgaba plena autonomía. Además, ordenaba la creación de un Sistema Nacional de Evaluación Educativa, que tomaría en cuenta las condiciones y desafíos que enfrentan los maestros en su realidad cotidiana para realizar sus evaluaciones.
Con la reforma de 2013 se dio autonomía a las escuelas para que directivos, padres, maestros y alumnos tomarán decisiones sobre cómo mejorar la educación y atender las necesidades de sus planteles.
También preveía aumentar sustantivamente el número de escuelas de tiempo completo.
Pero como prometió el coordinador de los diputados de Morena, Mario Delgado, de la reforma de Peña Nieto “no quedó ni una coma”.
La propuesta del presidente elimina la evaluación docente, pues ahora todos los normalistas tendrán “pase automático” a una plaza y no deberán presentar una evaluación para obtener una promoción.
En una sesión que terminó durante la madrugada del viernes, Morena, el partido del presidente y sus aliados los partidos del Trabajo y Encuentro Social y Verde Ecologista hicieron valer su mayoría: rechazaron las reservas de la oposición y votaron los cambios impulsados por el presidente López Obrador.
Al inicio de la sesión, las fracciones de oposición presentaron diversas mociones suspensivas que fueron rechazadas por la mayoría de Morena, ante lo cual decidieron tomar la tribuna para insistir en la suspensión del debate o en que se declare un receso.
Se declararon 15 minutos de receso, pero no pudieron hacer más por posponer la sesión. Entonces los partidos de oposición presentaron decenas de reservas.
La primera aprobación, con 288 votos a favor, fue la del dictamen de la Ley General de Educación, con esta ley desaparece el Instituto Nacional de la Infraestructura Física Educativa (Inifed) y planea la creación de la Nueva Escuela Mexicana que pone al centro a los menores, y adolescentes.
La Ley Reglamentaria en materia de Mejora Continua de la Educación en la que se establece el Sistema Nacional de Mejora Continua de la Educación, que sustituye al Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE). Este nuevo sistema estará integrado por instituciones y actores que deberán implementar procesos para garantizar la excelencia y equidad de los servicios educativos prestados por el Estado.
La Ley General del Sistema de Carrera para las Maestras y Maestros elimina la evaluación docente como paso previo a la asignación de plazas y a la promoción.