Juan Antonio de 33 años aceptó la condena que le declaró el cáncer. Después de haber luchado dos años contra la enfermedad ya no había manera en la que se pudiera curar. No le quedaban más de dos días de vida, informaron los doctores.
Las últimas dos semanas sus síntomas se habían agravado. El cáncer se esparció por todo su cuerpo y lo obligó a internarse en un hospital.
Y al darse cuenta y resignarse de que estaba viviendo los momentos finales de su vida, le surgió una inquietud: nunca pudo casarse con Carmen, su novia un año menor que él, con quien había vivido desde hace cinco años en el municipio Enrique Estrada.
Su matrimonio había sido pensado y planeado antes de que su padecimiento le quitara la energía para moverse, pero por razones ajenas al noviazgo, no pudo concretarse antes. Por lo que ya internado en el Hospital General de Zacatecas, Juan Antonio manifestó su anhelo de contraer nupcias con su novia.
Las autoridades del hospital se conmovieron y buscaron la manera de cumplirle el sueño. Llamaron a una asociación zacatecana llamada Hay vida en mis sueños, dedicada a cumplir deseos de enfermos terminales, para que las ayudara a hacer la boda.
Los doctores sabían que a Juan Antonio le quedaba poco tiempo, así que aceleraron los preparativos de la boda tanto como pudieron. En dos horas ya estaba listo el vestido de novia, los accesorios, el lazo, anillos, arras, documentos, un padre, y hasta la estilista que arreglaría a Carmen.
Así que sucedió:
El miércoles 24 de julio los jóvenes se casaron en un cuarto del hospital. Ella de pie junto a la camilla, él recostado a su lado sin dejar de sostenerla de la mano, mientras el Padre Manolo, quien oficia misa en la zona, los declaraba marido y mujer.
Dos horas después de que la novia ingresó a la habitación vestida de blanco el joven zacatecano falleció.
Aunque su deceso inevitablemente entristeció a sus seres queridos, varios se quedaron con la satisfacción de haberlo visto casarse “Juan Antonio dedicó el último suspiro a su amada esposa, pensando por su sueño cumplido que inicia una vida nueva. Descansa en paz”, dijo Bertina Ponce Villalobos, presidenta de la organización que preparó la boda.