A menos de una semana de la detención del sacerdote Francisco Javier “N”, fue vinculado a proceso por el homicidio del joven Leonardo Avendaño, encontrado muerto el pasado 12 de junio en una camioneta.
Joel de Jesús Garduño, juez de control adscrito al Tribunal Superior de Justicia, abrió el proceso contra el religiosopor su presunta responsabilidad en el delito de homicidio calificado.
El juez concedió tres meses a la Procuraduría General de Justicia capitalina para realizar la investigación complementaria.
Mientras tanto, Francisco Javier “N” permanecerá en el reclusorio Oriente, como parte de la medida cautelar de prisión preventiva.
El sacerdote fue señalado como sospechoso luego de que el joven de 29 años había acordado reunirse con él el día de su desaparición. Ernestina Godoy, titular de la PGJ de Ciudad de México, dijo que no había sido un secuestro, sino un “homicidio”.
Los familiares de Leonardo Avendaño denunciaron que el cuerpo del joven tenía signos de tortura y asfixia.
Según información de las autoridades, la víctima se reunió con el sacerdote en el domicilio parroquial de la iglesia Cristo Salvador en la alcaldía de Tlalpan.
La detención del religioso se realizó en cumplimiento de una orden de aprehensión. Aunque no se ha detallado el motivo del crimen, Milenio señaló que responde a temas de índole personal.
Antes de ser detenido y relacionado con el crimen, Francisco Javier ofició la misa para despedir a su víctima. Al terminar la ceremonia religiosa, desapareció.
El acusado era cercano a la víctima. Familiares de Leonardo declararon que se conocían desde hace 7 años y no sospecharon de él. Incluso el religioso reportó su desaparición.
Francisco estuvo al frente de la Parroquia de Cristo Salvador desde hace 15 años. Durante este tiempo había destacado en la comunidad asentada en la colonia Miguel Hidalgo de Tlalpan, por su cercanía con los devotos, quienes lo han respaldaron y aseguraron que sería incapaz de cometer un crimen como del que fue víctima Leonardo Avendaño.
“Daba todo por su comunidad, es el exorcista, sin miedo a la verdad, sin miedo al demonio, sin miedo a cualquier caso que le llegara”, dijo a Reforma una de las fieles que ayer se manifestaron para exigir su liberación frente a la estación del Metrobus Corregidora.