¿Qué es ser un Godínez?
Termino acuñado al calor de una copiadora, templado al interior de un tupper guardado en un refrigerador colectivo y tallado con un portacredencial sujetado por un yoyo.
Hay muchas teorías acerca de por qué fue escogido este apellido, si por un personaje de cierta serie televisiva o por su extraña abundancia entre los empleados de oficina (aunque en realidad casi no hay Godínez entre los Godínez).
Lo único cierto es que desde hace un par de años esta denominación ha pasado de generación en generación como la leyenda del espíritu del “niño/niña” que habita en las oficinas.
Antiguamente conocidos como “Gutierritos”, los Godínez han evolucionado durante más de 50 años para llegar a convertirse en humanos que pasan de 8 a 10 horas del día en lugares con mala calidad de aire y pésima iluminación, que cargan guisados para recalentar en tuppers (o en botes de crema), rellenan sus termos con agua del filtro o de un garrafón barato, tienen un tiempo limitado para comer, se les asigna un cubil que debe ser adornado ridículamente durante su cumpleaños y las festividades, y están genéticamente obligados a odiar los lunes y amar los viernes.
Utilizan palabras como “Provechito”, “Pantallazo”, “Guajolocombo” (consultar le glosario Godínez para mayor información) y cierra los correos electrónicos con la frase “Saludos cordiales”. Viven dentro de un círculo vicioso cuyo día más feliz es el día de pago, disminuyendo gradualmente sus ganas de vivir hasta que nuevamente “chilla la rata”.
La vida Godín puede ser divertida dependiendo de tu perspectiva
Todo aquel que porte una credencial y cumpla un horario puede pertenecer a este distinguido gremio. Hay clases, categorías y subdivisiones. La vida Godín puede ser divertida dependiendo de tu perspectiva, e incluso, puede ser provechosa, si sabes administrar tu tiempo y tus energías en algo más que sacar copias, archivar o llenar papeles de trabajo en excel.
Pero ¿qué pasa si no es así? Te conviertes en un esclavo sin identidad propia, ni ambiciones, ni expectativas, que vive en el conformismo de trabajar para los sueños de alguien más. Sucede muy a menudo, sobre todo con aquellos de la vieja generación (Gutierritos), pero no exclusivamente.
¿Cuántos Godinitos hay en el mundo (porque los Godínez somos una raza que habita en todo el globo) que no se levantan a pelear por sus sueños ni con la motivación de un libro de Paulo Coelho? No hay que sentirse mal por ser Godínez, hay que sentirse mal por ser mediocres, que NO es lo mismo. Y de eso dependerá si seguirán comiendo recalentado de un tupper durante el resto de su vida.
¡Saludos cordiales!… Ah, no, perdón, la costumbre.
#AkashiGodínez