En la región del Polo Norte, donde la tradición ubica a Santa Claus y sus ayudantes, que fabrican los regalos que distribuyen a los niños en el mundo, se encuentra Islandia, una nación de apenas 338 mil habitantes, donde se acostumbra pasar la Nochebuena leyendo.
Lejos de la costumbre que han fomentado las grandes marcas en occidente de regalar juguetes, ropa o artículos electrónicos, en la Nochebuena el 63 % de los islandeses reciben un libro como obsequio, de ese porcentaje, la mitad obtuvo dos o más.
Pero la costumbre va más allá de recibir los libros y coleccionarlos en un estante. Las familias islandesas pasan la víspera de Navidad leyendo las obras que en gran medida fueron editadas para la época.
“El aluvión de libros de Navidad” (Jólabókaflóð), como es conocido el fenómeno en Islandia, promueve que el 70% de los títulos del año salgan a la venta entre octubre y diciembre, para atender la alta demanda de la población. De hecho, al principio de la temporada se envía a los domicilios el catálogo de las novedades del año o se puede consultar en línea.
Todo el mundo tiene un libro en el vientre, refrán islandés
De cada una de las obras se imprimen entre 1.000 y 20.000 copias, un número alto en comparación con el número de habitantes de todo el país.
Con toda razón la capital de la república, Reikiavik, fue nombrada en 2003 por la UNESCO “ciudad de la literatura”. La demanda es tal que este año se instalaron estaciones públicas con códigos QR para que los habitantes descarguen audiolibros a sus dispositivos electrónicos.
Una encuesta de 2014 reveló los altos índices de lectura per cápita al año en el país. 18,2% leyó entre uno y dos libros, el 20,1% llegó a los seis y siete y un 11,8% superó los 21.
Ni hablar de la producción literaria en el país. De acuerdo con BBC uno de cada 10 islandeses publicarán un libro en su vida, de ahí que de los 900 libros que se publican en promedio, entre 70 y 80 sean novelas de autores nacionales.
Otro dato no menor es el 93 % de islandeses que compra un libro al año, lo que hace que la industria sea sustentable y prolífica.
Contrastan estas cifras con la cantidad de horas que dedican los europeos a la lectura por día. Un informe de World Economic Forum de marzo de 2018 ubicó a Estonia como el país que más tiempo pasa dedicado a la lectura con 13 minutos al día, le siguen Finlandia y Polonia con 12 minutos al día.
Islandia fue ubicado por el European Happy Planet Index como el país más feliz de Europa. El índice considera la calidad de vida, expectativa de vida y por supuesto, número de lectores.
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Source: Infobae