Cualquier chica que se duerma en la cama de su novio y con él al lado, jamás pensará que corre peligro. Al menos eso creía Abigail Finney, de Indiana, cuando comenzó a tener relaciones sexuales con quien creía era su novio pero luego descubrió que había sido víctima de una horrible violación.
Resulta que Abigail llevaba solo algunas semanas saliendo con el chico, en uno de esos romances universitarios donde uno de los amigos del grupo de pronto parece convertirse lentamente en algo más que un amigo y comienza la relación.
Todo iba bien hasta allí. Sin embargo, en uno de esos días en que los chicos universitarios hacen reuniones en sus habitaciones y beben -aunque no deberían- todo cambió. Su novio, que también cursaba primer año, la había invitado a compartir a su dormitorio mientras jugaba videojuegos con algunos amigos.
Si bien ellos bebían alcohol, ella se limitó a estar en su computadora y a hacer algunas compras online en una de las camas superiores, siendo visitada de vez en cuando por su novio que subía la escalera para acurrucarse con ella.
Cuando se hizo tarde, Abigail se durmió con su novio y los demás amigos en los sillones.
Sin embargo, durante la madrugada, la chica -que tiene el sueño bastante pesado y le cuesta despertar- comenzó a sentir que su novio la acariciaba sobre su camiseta. Ella, media dormida, se dejó. Y de espaldas a él, tuvieron relaciones sexuales por cerca de un minuto, cuando la chica le dijo que debía usar el baño.
Y cuando regresó, al subir la escalera para meterse en la cama, se encontró a Grant esperándola, uno de los amigos de su novio.
“Lo recuerdo sonriéndome. Era una imagen extraña”, dijo a BuzzfeedNews. “Yo era algo así como… estaba frenética. No sabía lo que estaba pasando” contó la chica. Entonces, pensó que cuando se había ido al baño, los chicos y su novio le habían jugado una broma y se habían cambiado de cama para molestarla… Así que preguntó dónde estaba su novio. Sus otros amigos despertaron y dijeron que no sabían. Entonces notó que le faltaban sus llaves, así que corrió a su dormitorio y encontró a su novio dormido en su cama.
“¿Cuánto tiempo has estado en mi habitación?”, preguntó. No podía dormir con ella ocupando espacio en su pequeña cama, le dijo, así que se había ido a dormir allí hacía horas. Ella, en shock, le contó lo que Grant había hecho. Su novio, enojado y confundido por lo que Abigail le acababa de decir, salió corriendo.
En ese momento ella decidió escribirle un mensaje de texto a sus amigas para pedirles un consejo. “Yo estaba como, ‘me siento violada. Esto se siente mal. Pero no sé si es ilegal’”.
Y efectivamente no lo era. Bajo la ley de su estado, Grant no había cometido ningún delito, pues en la ley no existía un delito de violación por fraude, pese a que el chico había admitido que esa noche tenía claro que Abigail pensaba que era su novio cuando mantenían relaciones, pues ella se había mostrado “muy cercana y con confianza”.
Así que, aunque llevó el caso a la justicia, finalmente Grant confesó y todo, no fue declarado culpable. Esto, porque Abigail sabía que estaba teniendo sexo, solo que no tenía idea que era con el amigo de su novio… y para que fuera considerado violación, debía ser sexo no consensuado, obligado con fuerza o amenazas.
Claramente había un horrible vacío legal que dejaba que un violador confeso quedara libre.
Abigal tuvo que abandonar la escuela por un semestre para tratar el estrés y la depresión severa que comenzó a aquejarle. Incluso su madre, Leslee Finney, contó que su hija se había convertido en una persona diferente, que tenía una ansiedad terrible, con pesadillas que la despertaban gritando. Además dijo que se volvió retraída y triste, y que nunca más había vuelto a sonreír.
Sin embargo, después de tiempo con terapia, Abigail comenzó a retomar su vida de a poco. Ahora está de vuelta en clases, aunque viviendo en un estudio fuera del campus, e intentando ponerse al día con las materias que perdió para poder graduarse con sus amigos. Además tiene un gato de apoyo emocional que está siempre a su lado.
Aún tiene ira. Está enojada con Grant, pero también con la desgracia de vivir en un estado donde ese tipo de violación no es delito. Así que cuando se gradúe, quiere mudarse lejos de Indiana, tal vez a un lugar con leyes donde sí se sienta protegida. Aunque admite que “Realmente no hay nada malo con este estado… es solo que no lo sé. No es para mí”.
Source: UPSOCL