El público terminó aplaudiendo “Bohemian Rhapsody” una vez terminada la función. Y cómo no, si las canciones de Queen emocionan a cualquiera. Imagínense escucharlas en una sala de cine en una representación casi idéntica al concierto “Live Aid”. Pero una película es mucho más que su banda sonora.
La historia de Freddy Mercury, con el resto del grupo, está pobremente contada. Tanto como para opinar que la película es mala. No es más que muchas escenas pegadas unas a las otras con buena música de fondo.
La producción tuvo grandes problemas, y se notan en pantalla. En medio de las grabaciones despidieron al director Bryan Singer y la terminó haciendo Dexter Fletcher. Rami Malek, el actor protagonista, aceptó haber tenido “diferencias creativas” con el primero.
La película es extremadamente ambiciosa. Quiere contar la historia completa de Queen, en 134 minutos. Como el que mucho abarca, poco aprieta, lo que sucede es que al final no aborda nada sustancial. Todo lo repasa someramente, especialmente en la primera parte.
Nada de lo que sucede tiene fluidez ni conflicto. Salta de hito en hito sin sostenerse y lograr conexiones. Es como si Queen no hubiera tenido problemas para ser un increíble grupo y todo les haya resultado de maravillas a la primera, y puede ser, pero deja sin atar muchos cabos importantes.
Por ejemplo, la creación de las canciones más impresionantes no son más que “sketchs” de un par de minutos sin ninguna sustancia. Llegan, dicen “vamos a hacer una ópera”, la graban, un par de chistes y listo. Obra maestra terminada.
Se siente como estar viendo un gran comercial publicitario de Queen, una producción hollywoodense y plástica que una banda de rock de tal tamaño no merece. Si esta película hubiese sido contada de la misma manera, pero con otra banda menor, tal vez ni siquiera habría visto la luz.
Pasada la mitad de la película, la historia profundiza más y se centra en los problemas que surgen dentro de la banda, que básicamente son el sexo, las drogas y el rock n’roll, pero una vez más van saltando de una polémica a otra sin que haya un hilo conductor.
Freddy tiene muchas aristas interesantes. Ser homosexual en una época en que se condenaba, el abuso de drogas, el ego, la enfermedad de sida. Todo eso se toma en cuenta, pero solo se insinúa.
La escena cuando crean “Another one Bites the Dust” refleja muy bien todo lo anterior. Freddy llega tarde y drogado al ensayo y se enfrasca en una discusión que pareciera ser casi el quiebre entre ellos, pero el bajista tira la línea melódica de la canción y todo se soluciona. Acto seguido, canción exitosa lista. Atrás quedó todo el drama.
Así con el “villano”, con la relación con Mary, con sus padres, con su “gran amor”, el cual lo encuentra literalmente el mismo día del “Live Aid” y lo lleva a tomar té a la casa de sus padres pocas horas antes de la presentación. Esto ni siquiera es una licencia creativa, simplemente no tiene sentido.
Para finalizar, la película nos da un golpe al corazón. Una réplica potente del gran concierto. No con una, sino que con 3 canciones seguidas, para que nos quede claro que esta es la mejor banda de “covers” de los reales Queen.
Ni eso termina por ser suficiente. Los cortes al público, a la familia de Freddy, a un bar, todos se notan forzados e innecesarios, obligados a darle más dinamismo a un concierto que por sí solo es excelente.
No soy el único que piensa así, por más que las salas de cine aplaudan al final. Rotten Tomatoes tiene 170 críticas positivas y 110 negativas, resumiéndola como un “como un puñado de hits de notas altas, pero como una vista profunda a una banda querida, ofrece más una mezcla que una verdadera colección de grandes éxitos”.
Pitchfork también tiene una idea bastante similar. “Bohemian Rhapsody no es tanto una película como una dramatización de una entrada de Wikipedia, diluida y demasiado editada”.
En los aspectos positivos, lo que más destaca en la actuación de Rami Malek como Mercury. “Malek hace un trabajo impresionante de recrear los movimientos de Mercury en el escenario, pero el núcleo de la actuación es la canalización intensamente reflexiva e interna de Malek de la herida de Mercury, su alienación y aislamiento, incluso en el apogeo de su fama”, describe el New Yorker.
Si te gusta mucho Queen y no quieres terminar decepcionado, mi idea es que mejor pongas el video en Youtube de la banda en el “Live Aid”. La emoción será real y no una reproducción. Por más imitaciones buenas y oficiales que existan, siempre va a ser mejor lo original.
Source: UPSOCL