En Honduras se llamaba “La Bestia” o “La Fiera”, pero desde que llegó a México se llama “Bolillo”. Ha cruzado ríos a nado, viajado en camioneta y andado hasta extasiarse, como cualquier otro migrante.
La aventura de este espléndido pitbull comenzó con la decisión de su dueño, Adalberto López, de partir junto al grupo migrante que partió de San Pedro Sula el 13 de octubre, para buscar nuevas oportunidades en tierras estadounidenses.
Incapaz de separarse de su fiel amigo, y sabiendo que “nadie” iba a cuidarlo como hacía él, Adalberto López cargó con la casita de “Bolillo”, le ató su correa y juntos se unieron a la caravana para emprender el viaje.
“Bolillo” es un pitbull que viaja en la #CaravanaMigrante junto a su dueño, Adalberto, quien confía en que llegaran con bien a EU, pero que si llega a morir, que sea junto a su amigo de 4 patas.
Al preguntarle porqué lo trajo, respondió que al irse, nadie lo iba a cuidar como él. pic.twitter.com/Iuc8SadVIj— Oscar Augusto (@_OscarAugusto) October 24, 2018
“Va a morir conmigo” dijo Adalberto López, que ha cargado con la gran jaula en la que duerme “Bolillo” a través de los 800 kilómetros que han recorrido junto al resto de viajeros.
Antes, en Honduras, este can respondía al nombre de “La Fiera” o “La Bestia”. Un apodo, dicen sus compañeros de caminata, que no corresponde en absoluto con su dócil y amistoso carácter.
Tras adentrarse en México fue rebautizado como “Bolillo”, como se le llama a un pan salado típico muy barato que se ha convertido en la dieta diaria del perrito migrante.
Cuando “Bolillo” llegue a Estados Unidos, tendrá un nuevo nombre: Jonathan, según adelantó su dueño.
En cuanto al comportamiento del animal, los migrantes junto a los que viaja destacan su magnífica educación: no se orina ni defeca cerca de los campamentos, nunca ladra por la noche, es cariñoso y realmente obediente.
Superando todos los obstáculos
Para arribar a México, Bolillo tuvo que cruzar a nado el caudaloso Río Suchiate. Lo hizo muy cerca de la balsa en la que se desplazaba su amo.
Cuando se cansa, Adalberto López lo lleva a cuestas. El pasado lunes, incluso, se subió a un tráiler que se ofreció a ahorrarles algunos kilómetros de los muchos que quedan para alcanzar la frontera norte.
A pesar del agotamiento, su dueño destaca lo fuerte y valiente que es “Bolillo”: “Va con el pecho en alto, nadie lo detiene” aseguró a la prensa.
Repartiendo amor
Desde que abandonaron Honduras, “Bolillo” ha dejado en el camino a varias novias. La última vez que se cruzó fue en Guatemala.
“Ya no quieren a los hondureños, así que él va regalando sangre hondureña” bromea López.
Además de regalar Sangre Hondureña, “Bolillo” regala amor desinteresado a todos los migrantes que cada día comparten con él el inclemente trayecto. Una fiel compañía que ameniza para muchos el largo viaje.
(Con información de AFP)
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Source: Infobae