1. La abducción de Gundiah/Mackay
En octubre de 2001, Amy Rylance, de 22 años en aquel entonces, su esposo Keith y su amiga Petra estaban en la casa de los Rylance en Gundiah, Australia. Petra se despertó a las 11:15 p. m. y fue a la sala de estar, donde quedó horrorizada al ver que Amy era llevada por la ventada sobre un rayo de luz, en posición para dormir, hacia una “enorme nave que había fuera”.
Petra despertó a Keith, pero para cuando él entró a la sala, Amy ya no estaba. La cortina estaba rasgada y los arbustos de afuera estaban quemados. La pareja llamó a la policía, a la cual le resultó difícil tomar la denuncia en serio. Sin embargo, unos 90 minutos más tarde, Keith recibió una llamada telefónica de una mujer de Mackay, Queensland, a una distancia de ocho horas en auto de Gundiah. La mujer dijo que estaba con Amy, quien se encontraba en el hospital, aturdida y deshidratada. Nadie pudo explicar cómo había recorrido semejante distancia en tan poco tiempo.
Amy estaba ilesa, salvo unas marcas rojas en la parte superior de los muslos y los talones. Ella dijo que recuerda haber estado recostada en una cama junto a unas figuras altas inclinadas sobre ella que la tranquilizaban y tomaban muestras de ella. Cuando la hallaron, su vello corporal había crecido considerablemente, lo que sugería que había estado ausente durante mucho más tiempo que las pocas horas en las que estuvo desaparecida.
2. La abducción de Jesse Long.
Jesse Long tenía apenas 5 años cuando, según cuenta, fue abducido por extraterrestres por primera vez. Exploraba el bosque junto a su hermano cuando se toparon con una estructura redonda en un claro. Una figura alta se les apareció y los dejó paralizados.
Jesse recuerda que lo llevaron a la nave y lo colocaron sobre una mesa fría. Sentía cómo las figuras que tenía alrededor “le hincaban y golpeaban” las piernas. Jesse dice que en los años subsiguientes fue abducido muchas más veces. Afirma que experimentaron con él, incluyendo la extracción de espermas, utilizados para “hacer cruzas” con una extraterrestre femenina.
Jesse cuenta que, en 1990, los extraterrestres le presentaron a un bebé, el cual decían que era de él. También conoció a otros nueve de sus hijos híbridos. Jesse, actualmente de 65 años, dice que sabe que mucha gente no creerá su relato, pero insiste en que está diciendo la verdad.
3. El caso de Barney y Betty Hill.
En septiembre de 1961, Barney y Betty Hill regresaban en auto de unas vacaciones en las cataratas del Niágara. Notaron una luz en el cielo que se aproximaba, al punto de parecer una forma inmensa que planeaba sobre su auto. Barney salió y, según cuenta, vio por sus binoculares a 11 figuras humanoides en uniformes y capas negras brillantes que los miraban.
La pareja, aterrada, se alejó en coche. Sin embargo, ambos afirman haber experimentado una sensación de frenesí. Cuando por fin llegaron a su casa al amanecer, el viaje de cuatro horas les había tomado siete horas.
La ropa de los Hill estaba rasgada en lugares extraños, y Betty halló un misterioso polvo rosado en su vestido. Betty comenzó a tener sueños intensos sobre la experiencia, en los cuales tomaban muestras de ella y le clavaban una aguja en el ombligo. Más tarde, ella dibujó un mapa estelar que, según dice, los extraterrestres le habían mostrado.
Barney y Betty Hill eran respetados en su comunidad. Barney estaba involucrado en el movimiento por lo derechos civiles, y Betty era trabajadora social. Nadie tenía razones para sospechar que estuvieran mintiendo.
4. La abducción de Antônio Vilas Boas.
En octubre de 1957, un granjero brasileño llamado Antônio Vilas Boas vio una estrella roja en el cielo. La luz se acercó, hasta que Boas pudo divisar una nave espacial, la cual aterrizó en su campo sobre tres largas patas. El hombre trató de escapar en su tractor, pero un pequeño humanoide de ojos celestes lo agarró.
Boas afirma que lo llevaron al interior de la nave y lo cubrieron con una sustancia que parecía un gel. Luego lo obligaron a tener relaciones sexuales con una criatura femenina que tenía vello púbico rojo brillante, con el fin de producir un híbrido humano-alienígena que los extraterrestres criarían.
Finalmente, Boas fue escoltado afuera de la nave y regresó a la Tierra cuatro horas más tarde. Tenía quemaduras en el cuerpo, náuseas, legiones y dolores de cabeza, y un médico le diagnosticó la enfermedad por radiación.
Luego, Boas estudió abogacía y se aferró a su historia durante toda su vida.
5. El incidente ovni de Travis Walton.
En noviembre de 1975, seis trabajadores forestales de Arizona informaron haber visto a su colega Travis Walton lanzado por el aire en un rayo de luz desde un ovni situado por sobre los árboles. Los trabajadores denunciaron la desaparición de Walton. La policía sospechaba que había sido asesinado por el grupo que había desechado su cuerpo.
Pero cinco días más tarde, Walton reapareció, afirmando que había sido abducido por extraterrestres. Según describió, había caminado sobre una mesa, rodeado por figuras pequeñas que llevaban vestidos de color naranja. Su piel era suave y blanquecina, y sus cabezas calvas eran demasiado grandes para su cuerpo. Tenían enormes ojos marrones brillantes.
Walton escapó de los alienígenas y huyó a través de la nave. Finalmente se encontró con otros humanos a bordo, vestidos con uniformes azules. Ellos no le hablaron, sino que le colocaron a la fuerza una máscara de gas, de modo que perdió el conocimiento. Walton afirma que lo que recuerda luego de eso es haber despertado, temblando y confundido, al costado de una ruta de Arizona.
6. El caso de Hilary Porter.
Hilary Porter, de Gales, afirma haber sido abducida por alienígenas innumerables veces a lo largo de su vida. Recuerda que a los 5 años estaba jugando en el largo pasto de atrás de su casa. Se le apareció un alienígena reptiliano. Tenía piel escamosa y agujeros negros que hacían de nariz y boca. Tenía un metro y medio y era excepcionalmente fuerte. Tomó a Hilary y la llevó a su nave discoidal.
Allí desvistieron a Porter y la colocaron sobre una cama, donde la pincharon con diversos instrumentos. A esa altura, cuenta ella, se desmayó. Porter cuenta que años después, mientras iba en auto con su marido, el vehículo se detuvo en un garaje. Ninguno de los dos recuerda cómo llegaron hasta allí. Más tarde, ese mismo día, al desvestirse, ella vio que tenía una marca triangular roja de succión en el estómago. Tras todas sus abducciones, Porter padece de migrañas y a veces se ha despertado con moretones, rasguños y hasta manchas de sangre en la ropa.
Porter, quien una vez trabajó en el Ministerio de Defensa, ha hecho dibujos basándose en sus recuerdos de los encuentros alienígenas. Dice que los seres se comunican entre sí por telepatía y que han sido enviados a la Tierra para tomar muestras de material genético humano.