En la inauguración, el Presidente de la República; Clemente Castañeda, como representante del Senado de la República; la titular de la Secretaría de la Función Pública; la titular de la Red por la Rendición de Cuentas (que abarca a un gran conglomerado de las organizaciones de la sociedad civil); la titular del Consejo Consultivo del Inai y el coordinador de los órganos garantes del país que integramos el Sistema Nacional de Transparencia.
Es imposible ignorar que el mandato expresado en las urnas el pasado 1 de julio, obliga a quienes sean autoridades por nuevo mandato o por deber preexistente, como es el caso de los comisionados del Inai a trabajar bajo un lema inexorable: erradicar la corrupción con eficiencia.
La corrupción ha sido y es la sombra del prestigio de la democracia mexicana, para que haya nula corrupción debe —entre otras muchas cosas— funcionar a plenitud el Sistema Nacional de Transparencia.
Regresando a la inauguración, reconozco la actitud del presidente Enrique Peña Nieto de acudir e ir acompañado por Arely Gómez González, quien ha sido el enlace natural del Inai para con el conjunto de las 250 instituciones que integran el Poder Ejecutivo Federal.
El Sistema Nacional de Anticorrupción fue motivo de importantes discusiones contenido de paneles de la #SNT2018. La mesa correspondiente con Mariclaire Acosta, titular del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Nacional Anticorrupción, el grato reencuentro con Areli Cano Guadiana —excomisionada del Inai— que trajo las palabras de David Colmenares, titular de la Auditoría Superior de la Federación, además de la aportación del Consejo de la Judicatura Federal, en voz de Héctor del Castillo Chagoya.
El punto de inflexión de los tres intensos días de conversatorios y conferencias tuvo que ver con la expresión de quienes harán muy pronto gobierno. En especial destaca, en ese capítulo, la conferencia magistral de Irma Eréndira Sandoval, quien será la titular de la Secretaría de la Función Pública, y quien tiene particulares propuestas para revolucionar el Sistema Nacional Anticorrupción y una severa exigencia de austeridad de las instituciones públicas.
En la línea de la defensa del Inai, como una institución que no brotó por dádiva del gobierno, sino por exigencia de la sociedad y de una nueva cultura de la participación ciudadana que ha costado y que será un desafió continuar, los formidables mensajes de Lourdes Morales y las memorables intervenciones de Ricardo Raphael y de Eduardo Bohòrquez, de Transparencia Mexicana.
Especialmente refrescantes dados los embates al Inai fueron las palabras de Santiago Nieto Castillo, futuro titular del Centro para la inteligencia Financiera de la SHCP, en reconocimiento a la resolución que adoptamos el pasado 2 de octubre sobre el caso Odebrecht.
Muy alentadoras las expresiones de Arturo Herrera, próximo subsecretario de Hacienda, y las de John M. Ackerman, quien desde su condición de académico polemista y crítico de la democracia ofreció al Inai colaborar desde la discusión de las ideas en beneficio de la República que habrá de florecer en la nueva era que encabezará el hoy Presidente electo.
Finalmente, debo reconocer el contundente discurso de la senadora Olga Sánchez Cordero, próxima Secretaria de Gobernación, quien reiteró que el nuevo gobierno habrá de restaurar el orden jurídico mexicano y anunció la revisión de las instituciones de transparencia. A nombre de mis compañeros comisionados expresé a la senadora que el Inai, como órgano constitucional autónomo, afirma su deber de patentizar su utilidad republicana preparándose para colaborar y también para emitir con rigor, neutralidad y solvencia las resoluciones que correspondan al nuevo gobierno cuando comience su gestión.
Source: Excelsior