Una profesora de la escuela primaria Westside, donde estudian alumnos de primer a tercer grado, vio que un niño tenía lesiones visibles y huellas de golpes, y se lo dijo al encargado de la seguridad escolar.
Todas las marcas y lesiones estaban en el lado izquierdo de la cabeza del menor: una detrás de la oreja, otra encima del ojo, y una laceración en la frente.
Agentes de la Policía y del Departamento de Niños y Familias de la Florida visitaron al niño en la escuela y conversaron con él. Entonces supieron que su padre lo golpeaba, le negaba la comida y lo ataba a la cama para que no se levantara de noche a buscar alimentos.
Las lesiones requirieron atención médica.
“Es una cosa inhumana“, dijo Scotty Rhoden, el Sheriff del Condado de Baker, donde radica el pequeño poblado de Glen St. Mary, de apenas 500 habitantes, en el extremo norte de la Florida.
La alerta de la profesora sirvió para que ahora el niño y otros dos menores de entre tres y siete años estén a salvo de los abusos no sólo del padre, sino de la abuela.
Con las evidencias reunidas en las entrevistas al niño y a otras personas, y también durante la visita a la casa de la familia, los agentes arrestaron a Kenneth Haley, de 38 años, y a su madre, Carmen Yeomans, de 59, bajo cargos de abuso infantil en el caso de él, y de negligencia infantil en el de ella.
Haley permanece en la cárcel sin derecho a fianza, y la madre puede salir en espera de juicio si paga una fianza de 50.000 dólares.
La investigación reveló que el individuo ya había sido puesto en probatoria por cargos de negligencia infantil en otro condado del estado, Jackson, y que estaba violando los términos de esa probatoria.
La superintendente escolar del Condado de Baker, Sherrie Raulerson, le dijo al Canal 30 local que le parece horrible e inimaginable que alguien pueda tratar así a un niño.
Los tres menores están al amparo del Departamento de Niños y Familias de la Florida.
Source: Infobae