Cuernavaca, Morelos. 21 de agosto de 2018 (Agencia Informativa Conacyt).- El Instituto de Biotecnología (IBt) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) es una de las instituciones académicas del país que se ha caracterizado, entre otros, por la investigación y desarrollo de antivenenos para tratar la picadura de alacranes, y la mordedura de arañas y serpientes.
Como parte de su tesis de doctorado, Guillermo de la Rosa Hernández, asesorado por el científico Gerardo Corzo Burguete, desarrolló un antígeno para la producción de antivenenos capaces de inhibir los efectos que producen las mordeduras de las serpientes coralillos, mambas y cobras, pertenecientes a la familia de elápidos, ubicadas en los continentes de América, África y Asia.
Los elápidos son serpientes que en su veneno tienen dos grupos principales de proteínas que les confieren su toxicidad, las fosfolipasas y las neurotoxinas de tres dedos. Dentro de estas últimas se ubican las alfa-neurotoxinas, responsables de una de las manifestaciones clínicas más importantes de la mordedura: el paro respiratorio.
Guillermo de la Rosa Hernández estudió la estructura primaria de las alfa-neurotoxinas, para luego crear, mediante técnicas de biología molecular, una neurotoxina con las características de todas las alfa neurotoxinas, a la que llamaron ScNtx.
El desarrollo tradicional de antivenenos para las mordeduras de serpiente se obtiene a través del veneno de estos reptiles. Este se inyecta en caballos y luego se extrae un volumen de sangre del equino, se separan los anticuerpos que se requieren para el veneno de serpiente, se purifican, liofilizan y finalmente se formula el producto, el cual, antes de salir al mercado, tiene que pasar por ciertas normas y pruebas que exige la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Para comprobar la efectividad de la proteína o neurotoxina sintética desarrollada en el IBt, los investigadores realizaron pruebas en equinos, y observaron la capacidad de estos para generar anticuerpos y neutralizar el efecto de las alfa-neurotoxinas.
El antiveneno experimental producido por la proteína ScNtx es capaz de neutralizar el veneno de serpientes distribuidas en más de 20 países. E incluso, podría resultar eficaz contra el veneno de la serpiente marina amarilla (Pelamis platura) y algunas otras serpientes venenosas para las cuales no existe antiveneno, esto de acuerdo con los doctores De la Rosa Hernández y Corzo Burguete.
“Encontramos que los venenos se neutralizan muy bien. Cuando comparamos la potencia de algunos antivenenos, nos dimos cuenta que nuestro antígeno experimental puede producir antivenenos tan potentes como los que están en el mercado. La diferencia es que nosotros utilizamos una sola toxina desarrollada en condiciones de laboratorio. Los antivenenos tradicionales se producen ordeñando el veneno de las serpientes, los cuales son muy variables”, dice De la Rosa Hernández.
La neurotoxina desarrollada en el laboratorio del IBt tiene la finalidad de enriquecer los antivenenos o tratamientos que tienen bajo porcentaje de antígenos neurotóxicos.
“El producto será un complemento para aquellos antivenenos con pocos anticuerpos neutralizantes contra la parte neurotóxica de los venenos de serpiente que existen en el mercado. Es decir, dará una mejor calidad”, explica Gerardo Corzo Burguete.
Por este desarrollo el Instituto de Biotecnología de la UNAM solicitó una patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI). También el proyecto fue galardonado con el premio de investigación médica Dr. Rosenkranz 2018 que otorgan los laboratorios ROCHE y Funsalud.
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