Los celos son emociones que surgen, en la mujer o el varón, ante la inseguridad o temor, real o fantaseado, de perder a la persona amada o a quien considera como algo suyo.
Es algo usual en la pareja, y también la causa principal de muchas discusiones, crisis, y motivos de ruptura o separación.
Este comportamiento puede llegar a situaciones mayores cuando desencadena hechos de violencia física y psicológica, al extremo de causarle serios daños o destruir a la pareja, hasta causarle la muerte, inclusive. Esta conducta irracional es conocida como celotipia y es una patología que requiere atención especializada.
Suele ocurrir en algunas mujeres que con tal de no contradecir a su pareja celosa -pues algunas veces piensan erradamente que es bueno que se comporte así porque significa que la quiere-, aceptan ese modo de vida. Con ello solo estarán agudizando la situación, porque el celoso cada vez pondrá más exigencias y las situaciones de violencia física y verbal no tendrán cuando acabar.
¿Por qué surgen los celos? Es muy frecuente en personas con baja autoestima, que son muy inseguras, o en aquellas que han sufrido desilusiones, frustraciones amorosas, o que provienen de familias disfuncionales donde los problemas de celotipia o violencia han sido frecuentes.
¿Cómo superar los celos? Una primera reflexión es evitar obsesionarse con pensamientos negativos hacia su pareja. Muchas veces suponen algo que no es, y ven fantasmas donde no los hay.
Por otro lado, reforzar la autoestima y la propia seguridad emocional. Ser más tolerante, propiciar el diálogo y la escucha sincera ayudará a aclarar las dudas con la pareja; por el contrario, tratar de controlar al mínimo sus pasos no contribuirá en nada.
Es importante conocer que tanto los hombres como las mujeres tienen sus deseos propios y necesidades, como salir con sus amistades, frecuentar espacios públicos, conocer gente, entre otros, que no necesariamente tiene que hacer con la pareja; y eso no significa que le esté siendo infiel o que ya no lo quiera, es simplemente actuar con independencia.
Cuando el amor es verdadero, no necesita de pruebas ni de demostraciones. El amor verdadero respeta la autonomía de la persona amada, no es egoísta, no desconfía ni bloquea su libertad.
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