Si este fin de semana se les ocurrió chupar y luego, irresponsablemente, manejar, quizás por gracia divina fueron apañados por el alcoholímetro… y, en un ridículo intento de salvarse de “El Torito”, tal vez hicieron lo que este personaje.

Se trata de un alcoholizado sujeto oriundo de la ciudad de Shenzhen, China, quien al ser encontrado algo alegre mientras estaba al volante, fue requerido para soplarle al aparato con el que la policía local aplica el test de alcoholemia.

Como verán, por más soplidos que echaba el hombre de 33 años, nomás el aparato no registraba nada… esto para sorpresa e indignación del examinado.

A final de cuentas, bastó un pequeño aliento para detectar que iba hasta las chanclas, pues registró un volumen de 191 mg de chupe, cuando lo permitido en tierras orientales es 20/100 ml de sangre.

*Vía RT