La relación que une al cigarrillo con las ganas de ir al baño ha sido motivo de misterio y discusión entre fumadores, aunque más allá de eso puede ser también una efectiva estrategia en la que confiar.

Suele ser un método muy eficaz, sobre todo a la mañana; el primer cigarrillo del día suele ser el desencadenante de la primera estadía del fumador en el toilet.

Por esto mismo, también puede ocasionar inconvenientes en aquellos que dejan de fumar o están intentando, alterando esta rutina establecida.

¿Por qué el cigarrillo dan ganas de ir al baño?

Muchos de los químicos que se encuentran en un cigarrillo, y especialmente la nicotina, funcionan como estimulantes para el cuerpo.

Cuando la nicotina ingresa en tu sistema se incrementa tu actividad bronquial, la salivación y también los intestinos.

Es decir que, esencialmente, estimula todo tu sistema digestivo, al punto de hacer inevitable las ganas de defecar.

Funciona, en cierto modo, como un laxante.

Cuando esta rutina se vuelve hábito, romperla puede originar la necesidad de un ajuste fisiológico a las nuevas condiciones.

Muchos que dejan de fumar pueden experimentar inicialmente episodios de constipación, al prescindir del que solía ser su principal laxante.

Evidentemente, esto no es razón para NO dejar de fumar.

Basta con mantener una buena hidratación y una alimentación adecuada después de dejar de fumar —una dieta rica en fibra— para restablecer gradualmente la normalidad en el sistema digestivo.

Después de todo lo natural no es necesitar ayuda externa para ir al baño, y mucho menos una tan nociva para la salud.