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Exceso de Mexicanos en Rusia

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Exceso de Mexicanos en Rusia

Una verdadera vergüenza, a una semana de iniciado el Mundial de Futbol Rusia 2018, los aficionados mexicanos parecen empeñados en superar las vilezas y extravagancias realizadas en el Mundial Brasil 2014.

Por entonces escribí algunos textos dando cuenta de ello, incluso una narración “inspirada” en el muchacho que quiso ser famoso en el suicidio aventándose desde el piso 15 de un crucero, ¿lo recuerdan?

En 2014 se vio:

Además del clavadista, a ladrones de cerveza, a panistas arrestados por acosar una mujer y golpear a su marido, funcionarios públicos ausentes de sus labores en México, a un alto número de detenidos, a Felipe Calderón con su familia gastando el dinero de su pensión vitalicia; sin faltar el grito homofóbico en las tribunas, etcétera. Toda una derrota moral acompañó al fracaso de la selección entonces.

En 2018 se ha visto:

  • Un hombre que se desvistió en el aeropuerto de Moscú y se puso a bailar desnudo; de seguro una “danza azteca”.

  • Tres detenidos por robo.

  • La desaparición escandalosa de un tipo a manos de una “mujer extraña”, la ya famosa Alita, angustiando a amigos, familiares y esposa; reapareció pocos días después, muy contento.

  • Se han enfrentado a insultos en las calles con la barra argentina de futbol.

  • El odio y la agresión contra simpatizantes de López Obrador se ha dado dentro y fuera del estadio de manera violenta. Contra quienes portaban una botarga de AMLO. Y en Nikolskaya, la bella calle de las luces, a un miserable tirar al suelo a un lisiado que usaba una máscara de López Obrador.

  • En la misma calle de las luces, un borracho se subió al poste de una luminaria, se bajó los pantalones y se aventó de espaldas o de nalgas esperando ser recibido en brazos por sus compañeros; terminó estrellando el cráneo en el piso.

  • La FIFA volvió a multar a la Federación Mexicana de Futbol, esta vez con más de 200 mil pesos, por el homofóbico y estúpido “Eeeh, puto” de los aficionados durante el partido contra Alemania.

  • Esta vez fue el hijo de Felipe Calderón quien violentó la bandera mexicana con una inscripción; por cierto, contra López Obrador también.

  • En México, un grupo de aficionados quemó la bandera alemana; y en Rusia, un idiota simuló fornicar a la misma bandera.

Y apenas va una semana. Pero estos siguen el ejemplo de ilustres antepasados que detuvieron el tren bala en Japón por vez primera en su historia (2002), colocaron un sombrero de charro a la estatua de Nelson Mandela en Sudáfrica (2010) y apagaron la flama eterna del Arco del Triunfo de París con sus meados de borracho (1998).

La victoria contra Alemania brindó alegrías inesperadas, pero también ha exhibido la vileza de muchos. Y como ha dicho un amigo artista que ha trabajado constantemente con los germanos, ¡que viva Alemania y su cultura!

A lo que hay que agregar, ¡que viva Rusia y su cultura! y ¡que viva México y su cultura! Un cúmulo de borrachos y bárbaros no tiene por qué empañar con sus acciones las alegrías de un deporte ni los valores culturales y artísticos de las distintas sociedades, incluyendo la mexicana, por supuesto.