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Historia de terror | La pequeña bestia

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Historia de terror | La pequeña bestia

La pequeña bestia

Catalina Reynaga era una estudiante de preparatoria que le gustaba pasar el tiempo en las redes sociales. Continuamente subía fotos a su perfil con el único fin de satisfacer su ego y conseguir likes y quizá hacerse viral; era bonita así que diariamente tenía decenas de invitaciones de amistad de jóvenes que como ella, tenían este pasatiempo de tiempos modernos. Ella era muy asidua a pertenecer a grupos y foros en estas redes sociales. Un día, se unió a un grupo en el cual ayudaban a animales en desgracia, animales heridos o abandonados, donde además se podían adoptar o cuidar perros y gatos a los cuales nadie quería.

Catalina era amante de los animales y participaba frecuentemente en el grupo, por lo que un día quedó a cargo, ya que el creador se retiró sin decirle nada a nadie. Como la popularidad iba en aumento, había mucha gente que quería deshacerse de sus mascotas por no poder atenderlas. Así que se organizó un evento en un parque de la localidad para juntar a gente que quisiera adoptar con aquellos que quisieran ceder a sus mascotas. El evento fue todo un éxito, sin embargo y al final quedaba solo un perro; uno de raza pequeña, criollo cuyo defecto era no tener una oreja y estar quemado de la mitad de su cuerpo, eso le daba un aspecto deplorable y extraño, Alejado de todos los estándares para perros callejeros, este era notable de una manera inquietante. La joven no sabía cómo había llegado ahí o quien lo había dejado. Como era compasiva decidió llevárselo a su casa y cuidarlo hasta encontrarle un dueño. Lo anunció en el perfil del grupo y en otros tantos que iban de lo mismo. No hubo respuesta durante unos días, hasta una noche.

La joven recibió una solicitud de mensaje de un perfil que no tenía foto y el nombre estaba como garabateado : إبليس

La persona del perfil decía ser el dueño de aquel perro y que por un descuido dejó que se saliera de su casa, le pedía a la joven que lo cuidara especialmente y que lo mantuviera afuera de la casa ya que podía causarle destrozos y que no le diera de comer, no comía croquetas, ni nada parecido. Al preguntarle que podía comer, la persona del perfil mencionó: “carne cruda”.

Catalina se quedó pasmada con aquello, nunca imaginó que alguien le diera de comer solo carne cruda a un perro, además de que se veía famélico casi en los huesos, como para pensar que era bien alimentado. Así que dudó de la veracidad del perfil y del dueño. Decidió entonces hacerle preguntas. La persona del perfil comentaba que no era de este país, él venía de lejos y su familia era de Iraq, personas que continuamente viajaban, El perro tenía mucho con él y era su única compañía después de muchísimos años. La joven aun dudaba de aquello así que le pregunto cómo se llamaba en realidad. Antes de que pudiera leer el siguiente mensaje, escuchó un ruido como aullidos y ladridos frenéticos en el cobertizo donde guardaba a los animales. Tenía algunos perros y gatos enfermos en tratamiento y otros en espera de adopción. Así que presurosa bajó y al llegar al lugar casi se dobla del susto y del asco que le produjo ver el cuarto lleno de sangre, había partes de animales por toda la habitación, pelos, pedazos de carne y hueso. Algunos pequeños perros aún se retorcían en el piso con las cabezas destrozadas. Al fondo de la habitación vio al perrito feo que había rescatado, con la mirada pérdida y lleno de sangre. Al revisarlo pudo ver que no estaba herido. En las lágrimas y asustada tomo a perro y salió de la casa sin saber qué hacer, decidió esperar a sus padres. Al llegar sus familiares no supo cómo explicar aquel horroroso escenario y comenzó a limpiar los despojos, el pequeño perro estaba encerrado en una jaula y la veía fijamente, mientras hacía esta penosa tarea. Los familiares se alertaron de que alguien pudiera meterse a la casa y hubiera matado a los animales para hacer más fácil la tarea de robar o algo peor. Así que decidieron poner algunas cámaras dentro y fuera de la casa.

Al terminar de limpiar la joven se metió a bañar, aun con el temor y la duda sobre lo que pasó, se acostó y recordó que había dejado la conversación abierta. La ventana de chat seguía ahí y con mensaje final que la dejó helada: “ Te advertí que lo dejaras afuera…”

Catalina horrorizada, no sabía que decir, en un intento por descubrir la verdad, comenzó a preguntar como sabia aquella persona sobre lo que había pasado. Luego de unos minutos llego la respuesta:

~ Conozco a mi perro, te advertí que no lo dejaras entrar ya que te ocasionaría problemas como los que ya viste. Es una pequeña bestia y todo el tiempo tiene hambre, ya se comió a tus mascotas, seguirá buscando que comer y con qué saciar su hambre de carne. Te advierto que lo dejes afuera y encadenado si es posible y nada te pasara a ti y tu familia. Si lo dejas suelto devorará a los animales de tus vecinos, pero no te preocupes si ya comió suficiente dormirá por días hasta que vuelva a tener hambre~

Al leer esto último, ya no pudo contenerse y salió corriendo del cuarto a avisarle a su padre y hermano lo que sucedía. Ellos se alertaron y acompañaron a la joven para leer los mensajes. Al llegar y leer todo lo que aquel misterioso personaje había escrito. El padre enfurecido comenzó a amenazar a aquel extraño, a lo que recibió como respuesta.

~ No sabes con quien tratas, tan solo cuiden a mi perro. Pasaré por él en unos días, déjenlo afuera y no habrá problemas~

La familia pensaba en como aquel individuo pudo meterse y matar a todos los animales sin que se dieran cuenta, no era posible. Comenzaron a preguntarse si todo lo que había dicho sobre el perro era verdad; pero al verlo, y denotar su extraño y débil aspecto dedujeron que también era imposible. Cerraron todas las puertas y ventanas, al perro lo dejaron en una caja de mascotas con candado en el refugio dentro de la casa y se fueron a dormir, por la mañana instalarían las cámaras. Pasaron los días y nadie pasó o preguntó por aquel animal. El extraño del chat nunca más se comunicó con la joven. Tomaron el incidente como algo sin explicación, el perro seguía encerrado en su jaula acurrucado hasta el fondo. La joven le daba de comer croquetas; pero el animal no las tocaba, si acaso bebía un poco de agua y nada más.

Un día, Catalina tuvo que irse con unos tíos en Salamanca, al preguntarle qué haría con el perro la chica solo se limitó a responder:
-déjalo en el patio y dale de comer croquetas, en cuanto regrese veré que puedo hacer con él-

Días después Catalina se conectaba a Facebook, en parte para revisar su perfil y en parte para saber de aquel extraño, nunca se le ocurrió enviarle una solicitud de amistad por seguridad, además de que no acostumbraba agregar a desconocidos; pero algo raro sentía aquella noche, acababa de hablar con su mamá y al preguntarle por el perro la madre le contestó que su hermano lo había metido a la casa por que comenzó a llover y lo dejo en la cocina durmiendo. La joven sintió algo extraño y tenía algo de temor por eso que acababa de escuchar, se despidió de su mamá sin preguntar nada más; pero una duda asaltó su mente. Revisó las conversaciones en su bandeja de Messenger y todavía estaba la de aquel extraño, notó algo raro en su perfil: tenía una foto; pero no alcanzaba a distinguir que era, la foto parecía fuera de foco. Algo sin embargo le parecía familiar en esa fotografía. Al revisar el perfil, todo estaba en privado y no podía ver nada de información. Cuando le dio clic a la foto de perfil para agrandarla, de pronto se abrió una ventana de chat, era el extraño.
–Supongo que has cuidado bien a mi perro –Preguntó el extraño.
La joven sintió un breve escalofrío; pero pudo más su curiosidad y le dió “agregar amigos”, el extraño preguntó
-¿Por qué quieres agregarme?
-Quiero saber quién eres
-No creo que quieras saber, tan solo dime dónde está mi perro y paso por el, hiciste lo que te dije ¿verdad?
-No, dime como entraste a mi casa y mataste a todos mis animales
-No fui yo, fue mi can, se llama řezník y es por una razón.
-como supiste que mató a esos animales
-Soy su dueño, sé que tiene hambre de carne y se come todo lo que la tenga, además se lo que come y se cuándo mata para hacerlo
-¿Cómo lo sabes?
-Deseaba que hicieras esa pregunta, Pero antes dime, ¿Dejaste a mi perro amarrado a un árbol fuera de tu casa verdad?
Al leer esto la chica se puso alerta y siguió con el interrogatorio
-No, comenzó a llover y mi hermano lo metió
– … Acepte tu solicitud de amistad, llama a tus padres -Luego de decir esto último, el extraño cerró el chat.

Catalina rápidamente se dirigió al perfil y pudo notar que no tenía mucha información personal. Y más aún solo tenía una sola amistad y era ella. Revisó las fotos y tenía decenas de álbumes de fotos, ordenados por fechas. Le dio clic al azar en uno y abrió, lo que vio en él fue escalofriante. Había fotos de personas muertas, despedazadas, cabezas, manos, vísceras, muchísima sangre. Familias enteras masacradas, todo ese horror la asustó y cerró inmediatamente aquello. No sin antes darse cuenta de un detalle: el último álbum era de fechas recientes, lo abrió y sintió un terror indescriptible; sintió un escalofrío correr por todo su cuerpo al darse cuenta que estaban las fotos del refugio donde guardaba a los animales que rescataba y ahí estaban todos muertos; hechos pedazos, agonizantes, con las lenguas de fuera, no pudo más y se puso a llorar al ver aquello.

Asustada y con el alma en un hilo, quiso cerrar aquella ventana y algo la detuvo, algo que la dejó petrificada: La foto de perfil del extraño; notó algo que le resultaba familiar, al agrandar la foto pudo notar que era una parte de su casa, un pasillo con un ventanal grande. Era su casa; su primer impulso fue tomar su celular y llamar a su casa, sintió un alivio tremendo cuando su mamá levantaba la bocina y contestaba.
-¿Mama están bien?
-Si hija ¿Qué pasa?
-Por favor pásame a mi papá.

La mama dejó el teléfono y la joven podía escuchar a lo lejos que ladraba un pequeño perro y el ruido de la lluvia caer. De pronto notó que alguien abría la puerta de su casa, ya que escuchó unas campanas que colgaban de ella, al escuchar esto, la joven grito: ¡No abran! Y comenzó a escuchar los gritos de su mamá horrorizada, -¡Déjalo, déjalo, nooo, nooo, nooo!- Escuchaba como un animal forcejeaba con su hermano el cual gritaba con desesperación. Fueron gruñidos horribles de un animal salvaje, ruidos de algo rompiéndose, gritos de horror, gritos de auxilio. Podía escuchar como sus padres primero peleaban con algo intentando liberar a su hermano de algo que lo estaba masacrando y luego de un rato ellos comenzaron a gritar de dolor buscando huir de aquello que les hacía daño, Se hizo el caos con los gritos y los golpes fuertes. En eso Catalina escucha que alguien toma la bocina y era su mama gritando con desesperación:

– ¡El perro!¡Hija, el perro…! Luego de decir esto la señora comenzó a gritar de dolor y luego la nada… la llamada se había cortado.

La joven estaba pasmada, temblando de miedo, dejó caer el teléfono y vio en la pantalla de la computadora que el extraño agregaba un nuevo álbum con la fecha de ese día. Al abrirlo observó que eran fotos de su familia, su mamá, su hermano y su padre masacrados, desmembrados, sus extremidades habían sido masticadas hasta el hueso y el regadero de tripas hacia juego con las salpicaduras de sangre que embarraban las paredes de su casa. No pudo contenerse y lanzó un grito de horror. Llorando trataba de comunicarse a su casa, deseando que aquello fuera una broma algo irreal; pero no obtuvo respuesta, en cambio una ventana de chat se abría con un nuevo mensaje.

-Te dije que lo dejaras afuera; pero cometieron la torpeza de dejarlo dentro; pero no te preocupes pronto te reunirás con ellos ¿Ya checaste la foto de mi perfil?-

Al ver la foto del perfil notó con cierta resignación y con miedo que era ella de espaldas, la foto era de ese momento, en ese lugar, con ella viendo al monitor.

–¿Quién eres? Preguntó con los dedos temblorosos.
–Traduce el nombre de mi perfil y lo sabrás…

El crimen horripilante de Cecilia Reynaga y su familia, nunca se resolvió. La manera en que murieron y las extrañas circunstancias salieron de toda proporción y no hubo precedentes. Lo único que se tenía como evidencia del caso fueron las conversaciones que sostuvo con un extraño el cual había cerrado su perfil en Facebook y la ventana de traducción de google donde aparecía la palabra: “SATANÁS”