Puebla, 22 May (Notimex).- En la Facultad de Ciencias de la Electrónica de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), investigadores y estudiantes diseñan un vehículo no tripulado de ala fija, cuyo fin es utilizarlo para hacer un monitoreo del medio ambiente en tiempo real, a través de una estación meteorológica móvil.
Al respecto José Fermi Guerrero Castellanos, profesor investigador explicó que el proyecto consiste en un avión al que se le adapta un sistema de monitorización que registra medidas de temperatura, humedad, presión atmosférica, índice de rayos UV y calidad del aire.
“Esta información es procesada y enviada a un servidor, a través de la red telefónica, para ser analizada, además, el sistema cuenta con un receptor GPS que permite correlacionar la posición geográfica (latitud, longitud, altitud), el tiempo exacto y el valor de las variables obtenidas”, detalló en un comunicado.
José Fermi Guerrero dijo que esta estación meteorológica móvil, que ya cuenta con un registro de solicitud de patente ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial, tiene unas dimensiones de 10 centímetros por 10 centímetros y un peso de 120 gramos.
Lo anterior le permite ser transportado y usado en vehículos aéreos no tripulados, tanto de ala fija, como de tipo multirotor, de más de un kilogramo.
En cuanto al avión diseñado tiene una envergadura de tres metros, la estructura está hecha de diversos materiales, como fibra de carbono y madera balsa, y es alimentado parcialmente con celdas fotovoltaicas para una mayor autonomía energética durante el vuelo, apuntó.
Señaló que aparte de las celdas, el modelo también utiliza baterías de litio polímero, para alimentar todos sus instrumentos y cuenta con sistemas de control para la navegación y gestión de energía.
Guerrero Castellanos afirmó que con este tipo de vehículos pueden llevar a cabo vuelos constantes alrededor de un volcán, como el Popocatépetl, de modo que proporcionarían información relacionada con su actividad, con la ayuda de sistemas como la estación meteorológica móvil.
Agregó que en áreas como la agronomía y la agricultura, los vehículos permitirían obtener información sobre el estrés de las plantas, recorrer de una forma más eficiente los sembradíos de grandes extensiones, verificar la fertilización y fumigación de los campos, entre otras acciones, a través de un sistema de control de uso fácil para los agricultores.
También serían útiles para el restablecimiento de comunicaciones ante desastres naturales, como el sismo del pasado 19 de septiembre, al funcionar como antenas, tomar imágenes de los edificios o espacios dañados y enviar esta información para la reconstrucción en un menor tiempo.
Informó que dentro del Laboratorio de Control Avanzado de la Facultad de Ciencias de la Electrónica (FCE), área a su cargo, llevó a cabo todo el modelado matemático y las simulaciones sobre el control del sistema de vuelo, así como el desarrollo aerodinámico, mecánico y electrónico del vehículo.
En conjunto con la academia de Energías Renovables de la FCE, exploran el uso de otro tipo de fuentes de energía, como celdas de hidrógeno, que puedan ser adaptadas al vehículo para incrementar la autonomía.
La máxima casa de estudios en Puebla señaló que han participado, en el Simposio Mexicano de Vehículos Aéreos no Tripulados, organizado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados, del IPN, y la Secretaría de Marina.
“Es necesario que en el país los estudiantes sean capaces de desarrollar vehículos que cuenten con sus propios sistemas de control y navegación, para que sean utilizados como herramientas de apoyo para obtener información en diversas áreas”, consideró.
El especialista de la BUAP añadió que en el proyecto del vehículo no tripulado de ala fija participan estudiantes de las carreras en Electrónica, Mecatrónica y Energías Renovables, así como de la Maestría en Ingeniería Electrónica, e integrantes del Cuerpo Académico de Sistemas de Potencia para Tracción, Calidad y Generación de Energía.
En tanto que el sistema de monitorización ambiental fue diseñado por José Fermi Guerrero Castellanos, Víctor Rodolfo González Díaz y Nicolás Quiroz Hernández, investigadores de la FCE, y los estudiantes Julián Ramos García y Jesús Alberto Islas Fuentes.